Minutos para la medianoche: el reloj del juicio final

Lo normal sería que si hablamos de los minutos para la medianoche, pensásemos en aquel álbum de Linkin Park, pero los eventos recientes nos hacen pensar en cómo se moverán las manecillas del Reloj del juicio final o Reloj del Apocalipsis, conocido en inglés como el Doomsday clock. Se trata de un reloj simbólico, pero que tras todo ese simbolismo esconde mucha ciencia. Por eso hoy vamos a recordar de qué se trata y por qué estos días ha despertado el interés de muchas personas.

El original reloj del juicio final

Todo comenzó en 1945, cuando un grupo de científicos encontró una forma curiosa de alertar al mundo de los peligros que podría conllevar la energía nuclear. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y ellos explotaron esa idea. Crearon The Bulletin of Atomic Scientists, una revista un tanto peculiar, y un par de años después apareció el reloj, y ese reloj del juicio final ha calado en el imaginario colectivo mucho más de lo que podrían haber esperado. Ni tan siquiera era su objetivo inicial, ya que el reloj pretendía ser una simple representación, pero aquella imagen oscura de un reloj que se acercaba a la media noche cuajó. Y así hasta hoy, que el reloj se sigue actualizando y de forma cada vez más preocupante.

El primer reloj se situó a las 23:53. Eran tiempos complicados y era razonable pensar que podríamos estar cerca del fin del mundo. Las sucesivas actualizaciones han ido alterando la hora del reloj dependiendo de los acontecimientos recientes en el mundo, con unos segundos más o menos, unos minutos más o menos. Las principales preocupaciones de estos científicos han sido las armas nucleares, las armas biológicas y las guerras. En los últimos años, tanto el cambio climático como la pandemia del coronavirus han acercado el reloj a la medianoche.

Los cambios de hora más destacados

El comportamiento humano es impredecible, y también la percepción individual del mundo es impredecible. En los últimos dos años hemos visto cómo algunas personas ignoraban la existencia de riesgos de contagio. Por otra parte, en el extremo opuesto, otras personas desarrollaban su agorafobia hasta extremos insospechados. Tras el inicio del conflicto entre Ucrania y Rusia, que implica también a la OTAN, a la Unión Europea y a Estados Unidos, hemos visto comportamientos similares pero con motivaciones diferentes. A nivel individual es complicado valorar el riesgo, y por eso el reloj del juicio final se ajusta para decirnos si estamos más o menos cerca de nuestro final. Y lo hace de la forma más objetiva posible, gracias al comité de científicos que toman año a año la decisión de ajustar las agujas del reloj.

Un repaso por algunos de los cambios desde su creación nos pueden hacer ver la situación actual con cierta perspectiva. Por ejemplo, en 1953 nos acercamos hasta las 23:58, en pleno auge del desarrollo de bombas de hidrógeno. En el 60 volvimos a las 23:53 al ponerse por primera vez de acuerdo Estados Unidos y la URSS para evitar una guerra en territorio ajeno. E incluso con la crisis de los misiles de Cuba en el 60 mantuvimos el reloj con la misma hora. Aunque el desarrollo de armas nucleares continuaba, el primer acuerdo para evitar ensayos nucleares nos puso en las 23:48 en el 63. La cosa se quedó tranquila hasta el 68, que con numerosas guerras volvimos a las 23:53, hasta ahora nuestra hora preferida.

A partir de ese momento hubo varios tira y afloja y quizá uno de los puntos críticos fue en 1984, año en el que al romperse las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, el mundo temía que la carrera por tener las mejores armas nucleares se acelerase, y volvimos a las 23:57. Pero aunque fue un susto, en 1991 retrocedimos hasta las 23:43, lo más lejos que hemos estado de esa medianoche hipotética.

20 años hacia el apocalipsis, y seguimos

Desde nuestra entrada en el siglo XXI las cosas no han ido a mejor. Corea del Norte ha entrado en escena como potencia nuclear. Seguimos acumulando miles de armas nucleares. Y por si eso no fuese suficiente, el cambio climático nos ha acercado a la medianoche del juicio final. Hace cinco años cruzamos una hora crítica, porque volvimos a la hora de la Guerra Fría en 2018, las 23:58, y desde entonces ya contamos segundos. Tanto en 2020 como en 2021 el reloj se ha fijado a las 23:58:20. Ahora ya no contamos minutos, contamos segundos hasta el juicio final.

Si nada altera los planes de The Bulletin of Atomic Scientists, el próximo verano tendremos una actualización del reloj. Lamentablemente, la situación actual no nos hace pensar que el reloj vaya a ir hacia atrás. ¿Veremos por primera vez las 23:59? Desde luego, el reloj es simbólico, pero deberíamos hacer lo posible por congelar sus manecillas.

Esta entrada la escribí para otra cosa, pero me parecía una pena no hacerla pública. La escribí en marzo y ahora, analizándola con perspectiva, la cosa pinta incluso peor. Si te ha parecido interesante y quieres darme un empujoncito para que siga escribiendo, puedes invitarme a un café:

[kofi]


Comentarios

2 respuestas a “Minutos para la medianoche: el reloj del juicio final”

  1. Dejen de meterle miedo a la gente!! Los que deberían tomar consciencia de esto son personas que nunca van a leerlos, o que si los leen harán la vista totalmente gorda (o que pertenecen a asociaciones eugenésicas como uds), así que no le veo sentido que estén inyectándole terror a las personas que se sabe perfectamente que lo único que consiguen es la liberación progresiva de cortisol y deterioro paulatino del sistema inmunitario, calidad de los espermatozoides, baja de la tasa de fecundación y natalidad… mmm, qué extraño, todo apunta a lo mismo, no? Lástima que ya quede poca gente que piense y mi comentario pasará desapercibido pero ojalá se despierte alguien más y deje de leer estas cosas que no sirven más que para hacerles el caldo gordo

    1. Aprovecho este comentario para recordar que si se lanzan acusaciones contra la autora de algo, qué menos que aportar alguna prueba de dichas acusaciones. ¿Qué miedo? ¿Qué asociación eugenésica? ¿A qué apunta el qué? ¿Qué caldo? ¿Qué web enlazada que no tiene entradas?

Deja un comentario

Blog de WordPress.com.