Este es el título de un artículo de El País de hace un par de días… Voy a comentarlo, porque me ha llamado especialmente la atención.
Tan inteligentes como para mutar y esquivar nuestras defensas: mentira. No mutan por ser inteligentes. Mutan por azar, y en la mayor parte de los casos se mueren por culpa de sus mutaciones. Tampoco esquivan las defensas. Utilizan el sistema “se sobra cheja” , similar al de los espermatozoides.
En estos momentos, el virus Ébola esté matando a algunos seres humanos en zonas recónditas y boscosas de lugares como la República Democrática del Congo o Gabón, aunque la noticia nunca llegará al mundo exterior: esto es cierto. Mucha gente muere de ébola, especialmente en países subdesarrollados. Esto se debe a que los que van de visita y se contagian suelen morir antes de volver a su país de origen. La muerte por ébola es muy chunga… pero al menos es rápida.
El hombre empieza a sentir síntomas parecidos a los de la gripe, fiebres altas y convulsiones, que luego se agravan hasta tal punto que sangra por los ojos, los oídos y la boca: como he dicho, morir por ébola es muy chungo.
El Ébola parece un virus al acecho, siempre dispuesto a abatirse sobre los seres humanos para destruirlos: si claro… se esconde y te ataca cuando tú no miras… mira que son dramáticos los medios de comunicación.
Ahora nombramos otros virus…
En Bolivia, el virus de Machupo es letal y puede matar hasta un 30% de los infectados.
En Norteamérica, una epidemia parecida comenzó en la llamada Zona de las Cuatro Esquinas, (llamada así al estar limitada por cuatro Estados, Arizona, Nuevo México, Utah y Colorado), en el corazón de una reserva de indios Navajo: qué culpa tendrán los pobres indios…
Los virus que causan fiebres hemorrágicas suelen infectar a entre 150.000 y 200.000 personas cada año: eso para que nos preocupemos de la gripe…
El de la inmunodeficiencia humana (VIH) acabó con dos millones de vidas en 2007. No es comparable. Ni de lejos. No es lo mismo, uno puede evitar contagiarse de VIH y además hay tratamiento.
En este nuevo milenio surgió el zarpazo del síndrome respiratorio agudo y severo (SARS) y la gripe aviar: ¿quién no recuerda a los chinos con mascarillas? ¿Y los pollos? Siempre recordaré aquella tira con el pollo estornudando en una granja…
A ello se suma la pandemia oficialmente declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre un nuevo tipo de gripe en principio transmitida por los cerdos, desde que el pasado abril surgiera en México el primer caso: ahora empieza el dramatismo. La gripe A no es comparable ni de lejos al ébola, ni al VIH, ni a nada. Es una gripe!!
Parece que los virus han desenterrado el hacha de guerra: ya me imagino a un ejército de virus…
El peligro siempre ha estado ahí. Nos empeñamos cada vez más en ir a su encuentro. Y los virus como el de la gripe son cambiantes y, evolutivamente hablando, muy ágiles: siempre han estado ahí sí, y siempre nos hemos contagiado. Lo que pasa es que antes no sabíamos qué era.
Y el resto del artículo ya sólo habla de la gripe del cerdo… cosa que paso de comentar otra vez.
En resumen, ¿podrán con nosotros? Con vosotros no sé, pero desde luego conmigo no!
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