Estoy oficialmente de vacaciones. Puede que mañana se me acaben por un suspenso en inmuno, pero mientras puedo decir feliz que estoy de vacaciones.
El examen fue una mierda, muy grande. Mataré a Pilar. Pero eso será mañana.
Hoy, nada más acabar el examen, comencé con mi sesión de desintoxicación de estudios, y me fui de compras. Entonces empezó mi sesión de frustración porque la ropa es toda brillante, rosa, con volantitos, y lo más importante. Inmensa!! Y dicen que si no se fabrica más de la 38…. y una mierda!! Lo que no se fabrica es menos!! Las únicas cosas de las que se hace menos talla son camisetas fucsias que tienen bordado en lentejuelas “flower power”, que me duele la vista sólo de verlas de lejos. Yo eso no me lo pongo ni que me paguen por ello, ni de coña!!! Y claro, entonces empieza la búsqueda de ropa “normal” y “pequeña”. Y entonces es cuando te compras un pantalón talla 34, que te queda inmenso, pero que te lo pondrás en plan pantalón flojo, pal veranito, y dejas de mirar pantalones y empiezas a buscar faldas que estén diseñadas para llevar a la cintura, tú pongas a la cadera y así te puedas comprar la talla más pequeña sin que se caiga al suelo y así una niña realmente anoréxica no vaya por ahí enseñando el culo. Si yo lo hago por el bien de la sociedad…
Si es que en el fondo soy buena persona 🙂
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