Este mes lo comenzamos con todos esos rumores sobre el origen del coronavirus que surgieron sin pruebas. Claro que hay que investigar cuál es el origen del coronavirus, y muchos investigadores llevan tiempo haciéndolo. Eso no quiere decir que no haya que valorar la posibilidad de que el primer contagiado pudiese ser un científico, pero desde luego, por ahora no tenemos pruebas que apunten en esa dirección. Aunque se considera que se pueden haber ocultado datos, la realidad es que otras investigaciones poco a poco van indicando que, fuese como fuese, lo más probable es que el inicio de la pandemia fuese un accidente en el que estaban implicados una persona, un murciélago… y quizá otro animal intermediario.
Hemos hablado mucho, muchísimo, de los pangolines. Pero los pangolines ya no están de moda, porque parece que la vía del pangolín no iba por buen camino, aunque sus coronavirus tengan cierto parecido. El caso es que con tanto revuelo sobre el origen, un artículo publicado que sí avanza un poco más en el tema, ha pasado desapercibido.
Nuevos coronavirus identificados de murciélagos
Un equipo de científicos ha estado analizando muestras de murciélagos recogidas desde antes de la pandemia (empezaron en mayo de 2019) y tras analizarlas, secuenciar y todo eso, han podido clasificar unos cuantos coronavirus que hasta ahora no se conocían.
Curiosamente (o no), algunos de los coronavirus que han identificado se parecen bastante al SARS-CoV-2, algo que algunos dirían que es sospechoso, pero es de lo más normal. Concretamente, el RpYN06, es en estos momentos el virus más parecido en parte de su genoma. Pero solo en parte, porque sobre todo en esa parte que nos preocupa, en lo de la espina, sigue ganando el RaTG13. Y ojo, que estamos hablando de que si no se incluye la espina, el RpYN06 es en el 97% idéntico al SARS-CoV-2. En la espina, es solo un 76%, un número nada despreciable.
La espina… ¿qué pasa con la espina?
A estas alturas ya tenemos muchos estudios que van poco a poco desvelando la parte de la espina que tantas dudas ha generado. En sí, en estos momentos lo que nos vendría faltando son solo las dos argininas de las que ahora habla todo el mundo, del sitio de corte de la furina. Porque cruzando el RaTG13 y el RmYN02 (descrito hace cosa de un año por el mismo grupo), ya tenemos casi toda la secuencia.
Uno de los puntos que se está destacando estos días es que la secuencia del RmYN02 es P-AAR (la del SARS-CoV-2 original es PRRAR). Sí, sobra una alanina y faltan las dos argininas. Pero curiosamente está esa prolina… que no es tan eficiente como sería tener otra arginina, como la que hace un par de meses se identificó en la variante Delta. Las otras dos argininas pudieron surgir por mutación de la alanina y duplicación o por recombinación con otro virus todavía por descubrir, de murciélagos o no. Pero eso no era el tema ahora.
En la diversidad en murciélagos está la clave
Algo que sí deja muy claro este artículo, aunque no haya encontrado “el virus” intermedio, es que la diversidad de coronavirus en murciélagos es enorme. Sin saber cuál pudo ser el hospedador intermedio, si es que lo hubo, estamos buscando una aguja en un pajar. Y es que comparando con otros coronavirus, en este caso no tenemos identificados a los primeros humanos contagiados, por lo que no podemos trazar con qué animales pudieron estar en contacto. Aunque tampoco es que en los casos que tuvimos más localizados la cosa se descubriese de un día para otro.
Que haya muchos coronavirus y muy diversos en murciélagos no es algo que deba sorprendernos. Al fin y al cabo, hay casi 1500 especies de murciélagos diferentes, que son algo más del 20% de especies de mamíferos conocidas. Nosotros somos una especie. Una. Una frente a 1500. Si tenemos en cuenta cuantos virus nos pueden infectar a los humanos… ¿No es esperable más variedad en murciélagos?
Cómo identificar el origen del coronavirus
Con teorías conspiranoicas o sin ellas, la única forma que tenemos de identificar de dónde ha salido esto es secuenciar, secuenciar, secuenciar… hasta que se encuentre la secuencia que coincida. O al menos, la secuencia que resuelva las dudas que nos quedan, y podamos explicar esas adquisiciones que todavía no sabemos de dónde salen.
No sé si encontraremos en algún momento el origen de este coronavirus o no, pero estoy segura de que en el proceso identificaremos muchos más virus que son potenciales amenazas y quizá, esa secuenciación que se está haciendo ahora, sea vital para evitar la próxima pandemia. Claro que en ese caso, nadie le dará importancia, porque se habrá parado y habrán sido solo unos cuantos científicos asustando. ¿Os habéis planteado alguna vez cuantos conatos de pandemia hemos tenido en los últimos años que se han evitado?
Para ver la diversidad que hay en coronavirus, podéis leer el artículo aquí: Identification of novel bat coronaviruses sheds light on the evolutionary origins of SARS-CoV-2 and related viruses
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