¿Tercera dosis? Quizá solo en algunos casos

Hace unos días se hicieron públicos los resultados de un estudio que pone algo de luz en la idea de usar o no usar una tercera dosis, esa idea que se ha comentado mucho, pero que hasta el momento nadie ha analizado poniendo números a los posibles resultados de ello.

Ahora que ya tenemos algunos datos podemos empezar a ver cuáles son los niveles de anticuerpos, y con ello empezar a valorar si sirve de algo una tercera dosis, si es necesaria o no, y cuáles deberían ser los siguientes pasos.

Lo primero, los tiempos

En las últimas semanas se está discutiendo bastante lo bueno y lo malo de dejar huecos mayores entre las dosis. En el estudio que comento se ha analizado el caso de AstraZeneca y en su caso el resultado es mejor si se dejan más semanas entre la primera y la segunda dosis. Por supuesto, el tiempo que se está con una dosis se está menos protegido, pero parece que a la larga es mejor separarlas, ya que la respuesta es mayor, y posiblemente más duradera.

Por lo tanto, a la vista de estos resultados, quizá no sea tan buena idea acortar tiempos a 10 semanas como se ha pedido en algunos círculos, ni era una locura alargarlos a 16. En sí, supuestamente es mejor alargarlos todavía más.

La tercera dosis… ¿mejora?

Mejorar mejora, al menos lo que se puede medir con facilidad. Si pasado un tiempo se añade una tercera dosis a la pauta, el nivel de anticuerpos subirá y se mantendrá alto durante más tiempo. Es algo en parte esperable, pero es algo que era necesario confirmar.

Según los tiempos calculados, si se utilizase esa tercera dosis, tendríamos que estar pensando en ella a partir del otoño. Y eso cuando muchos todavía no tenemos dos… o una… ¡o ninguna!

vacuna
Esta foto ya lo decía… 3 viales!!

Pero… ¿hace falta esa tercera dosis?

Aunque mejore el recuento, no hay nada que nos indique que con las dos dosis actuales, en caso de enfrentarnos una infección, no vayamos a tener una respuesta suficiente. No olvidemos que no todo son los anticuerpos que se cuentan en el suero. Por eso, aunque esa tercera dosis pueda mejorar ese número, en estos momentos no sería realmente necesaria.

No ser realmente necesaria no quiere decir que no pueda ser útil. Puede ser útil especialmente cuando nos enfrentamos a variantes, o cuando por la razón que sea haya un brote que se quiera controlar. En esa situación, podría ser útil optar por una tercera dosis que haría que en cuestión de un par de semanas todo estuviese bajo control incluso sin necesidad de otras medidas.

La mejor estrategia

Con los datos actuales, y dado que no sobran vacunas, la prioridad debería seguir siendo llegar con una dosis a toda la población posible, y después con la segunda. No podemos estar pensando en usar terceras dosis en poblaciones en las que el cambio sería mínimo cuando hay países que necesitan desesperadamente la primera.

La mejor estrategia sería compartir, y limitar el uso de terceras dosis a momentos de necesidad. Pero eso es esperar que la población y sus gobernantes se solidaricen, cosa que no sé yo si ocurrirá en todas partes. Pese a ello, hay que tener en cuenta que esto está basado en una vacuna y no es necesariamente extrapolable a otras. Sin duda, lo que seguro que nos hacen falta, son más estudios al respecto.

Si queréis leer el borrador de este trabajo lo podéis encontrar aquí: Tolerability and Immunogenicity After a Late Second Dose or a Third Dose of ChAdOx1 nCoV-19 (AZD1222)

Si os gusta que resuma estas cosas, podéis ayudarme a seguir haciéndolo apoyándome, por ejemplo, con un café. ¡Y no te olvides de compartir esta entrada!


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *