Sirna no era un simple dios, nos traía la interferencia de ARN silenciador

Dice la historia que Sirna era un dios irlandés que liberó Ulster y se metió en las broncas habituales de los dioses de la época. Pero si cambiamos de posición las mayúsculas y hablamos de siRNA, o siARN en español, entonces tenemos otro tipo de ARN del que hablar. Porque yo ya os dije que había ARN para todos los gustos. El siARN es short interfering o silencing, así que nos queda bien para traducirlo llamándolo silenciador. Pero es un tipo más de ARN de interferencia, y como además es de los más estudiados, puede ser natural o artificial. Vamos a ir por partes, que aquí ya han salido muchas cosas.

siARN: silenciador de ARN

El ARN del que hablamos hoy es un fragmento pequeño, similar al microARN, pero en este caso es de cadena doble. Las dos hebras tienen unos nucleótidos extra en los extremos, que van a servir para que el procesado sea correcto y que se pueda unir a las proteínas del complejo de interferencia. Ese proceso lo llevarán a cabo Dicer y otras proteínas, y se cargará en el complejo de silenciamiento RISC, al igual que los microARN.

Dado que partimos de un fragmento de doble cadena, el origen es diferente, aunque la función final será similar. No se trata de aquella horquilla con los lados pegados como en el microARN, ahora es doble cadena de verdad. Es algo poco común, y quizá por eso se tardó mucho en descubrirlo. Tras los avances iniciales de descubrir la interferencia (que llevó su Nobel) y los siARN naturales, yo voy a destacar el papel de Thomas Tuschl, que describió cómo generar y usar ARN silenciadores sintéticos con éxito. Lo hizo en el año 2001, y abrió la puerta a un montón de terapias, pero de eso hablaremos dentro de un poquito.

¿Cómo silencia el silenciador?

Al igual que los microARN, el siARN o ARN silenciador necesita formar un complejo con proteínas para poder llegar a su destino. Ese complejo, el RISC (complejo de silenciamiento inducido por ARN), va a facilitar la unión del este ARN silenciador y su diana.

Frente a otros ARN interferentes o silenciadores, este tipo concreto se caracteriza por dos aspectos. Por una parte, su principal modo de acción es facilitar la degradación de ARN mensajero. Lo marca para la degradación y eso evita que se generen proteínas mediante su traducción. En este caso, no es que se bloquee, es que directamente se elimina. Por otra parte, son fragmentos más grandes que los de miRNA, lo que hace que sean mucho más específicos, ya que incluso pequeños cambios harán que no se reconozca esa secuencia. Eso lo convierte en una herramienta muy útil.

De la naturaleza a la clínica

Como decía antes, este tipo de ARN silenciador se localizó inicialmente de forma natural, pero rápidamente se buscó una forma de generarlo artificialmente. Los artificiales se pueden insertar en las células mediante diferentes técnicas (dependiendo de las células de las que hablemos) y así utilizarlo para modificar el comportamiento de la célula. Esto se utilizó mucho en laboratorios para poder estudiar el papel de algunas proteínas, pero poco a poco se fue derivando su uso para posibles tratamientos.

Esquema de entrada y acción del siRNA inhibiendo la dormación de proteínas
La empresa Polyplus esquematiza muy bien aquí cómo actúa el siRNA en las células

En el año 2018 Alnylam se convirtió en la primera empresa en tener un ARN silenciador aprobado por la FDA. El primero servía para tratar un tipo de amiloidosis. En la actualidad ya tienen 3 y van camino del cuarto, con otros muchos ensayos clínicos en curso. Y no es la única empresa que ensaya estos pequeños fragmentos de ARN silenciador. Así, enfermedades genéticas que hasta hace poco eran condenas para toda la vida, que en el mejor casi se tenían que tratar de por vida y en el peor te podían matar, ahora se pueden tratar… y no solo calmando los síntomas.

¿Y el futuro?

Aunque yo he dicho hace un momento que esto va de curar o tratar enfermedades genéticas, la realidad es que sirve para cualquier cosa que implique ARN, y eso incluye virus, y los virus incluyen el SARS-CoV-2. No es de extrañar que haya ensayos en curso para utilizar ARN silenciador en infecciones de coronavirus, pero ya antes se investigaba para otros virus.

El caso es que aunque esto suene muy bien, estamos hablando todavía de fragmentos más o menos grandes, de unos 20 nucleótidos en doble cadena… ¿Y si eso se pudiese optimizar? Todavía nos quedan otros muchos ARN para comentar, y algunos nos han permitido ya obtener resultados que harían llorar hasta a las personas con el corazón de hielo. Pero esas historias… esas quedan para otro día.

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