El síndrome del estudiante interno se caracteriza, más o menos, por ser opuesto al del postdoc.
Para empezar, supongo que tengo que decir que el estudiante interno es una especie en peligro de extinción. Ya casi no se ven ejemplares. Para aquellos que no sepan de qué hablo, voy a explicar brevemente dicha especie. Es posible, que en otros sitios la conozcáis con otros nombres comunes.
Estudiante interno: dícese de un alumno estudiando todavía la carrera que empieza a colaborar en un departamento sin ningún tipo de remuneración, ni tan siquiera en los créditos de libre configuración (o elección) del pasado. Esta especie se caracteriza por carecer de propio, por lo que lo mismo vale para lavar tubos de centrífuga que para preparar placas.
Las razones por las que a lo largo de la historia nos hemos decantado por convertirnos en alumnos internos… no consigo recordarlas. Supuestamente tú estás allí, y asientas tu culo en el sistema endogámico en el que en algún momento vas a querer crecer. Se supone que cuanto antes, mejor. No lo sé. El caso es que poco puedes hacer porque todavía no conoces ni la cuarta parte de la teoría, y ellos no están allí para enseñarte (da gracias que te acogen), así que te conviertes en una especie de chico para todo que hace el trabajo sucio de los demás.
El síndrome del estudiante interno se caracteriza por un único rasgo: la inseguridad. Da igual lo que les pregunten, siempre van a dudar, hasta del nombre de su madre. Les han repetido tantas veces que hay que empezar desde abajo, que les da miedo subir. Recuerdo que el padre de mi ex me contó que cuando él estudiaba, cierto profesor de bioquímica se dedicaba a poner a los alumnos internos a lavar tubos de ensayo. Una vez que lavaban bien los tubos de ensayo, entonces se suponía que podían pasar a tareas más avanzadas. Unos… 15-20 años más tarde, ese mismo profesor hacia lo mismo con los alumnos de proyecto de fin de carrera, que era lo más parecido que tenía.
Antes de llegar al final, para aquellos que duden de la existencia de estos seres, me gustaría explicar a que se debe su ausencia. Hace no muchos años, un alumno iba a un laboratorio y decía “quiero que me explotes” y era aceptado como esclavo. Fin. Hoy en día, no puedes coger bajo tu ala a cualquiera… te van a decir que a ver, lo primero es lo primero, y que si va a hacer prácticas necesita un contrato, así que hay que buscar como sacarlas via la universidad para que no tengas que pagarle. Que es que le va a hacer falta seguro médico y seguridad social. Que si tú pasas cuatro pueblos de hacer todo el rollo, necesita un proyecto que se pueda justificar. Porque claro, aunque no lo sepáis, estar “con beca de prácticas” y no cobrar, es ilegal. Ya, que me vais a decir que la mayoría no cobrasteis un duro… ya, porque iba todo via convenio y el dinero se quedaba en la universidad. O eso, o sois muy viejos. Si me decís que no sois viejos, os aseguro que algún truco malo estaban usando para saltarse la ley… porque así por las buenas no se puede. Esto ha hecho que el número de alumnos internos haya caído drásticamente, y ahora lo que se llevan son los alumnos en prácticas (normalmente de verano) o los proyectos (antes TAD y/o PFC, ahora… PFG?).
Una vez pasada la etapa, recomiendo a todos los estudiantes internos que superen el síndrome. Están ahí para aprender, así que si han conseguido colarse, tienen que olvidar lo de “es que yo de eso todavía no sé” y forzar todo lo posible la situación para aprender todo lo que puedan. Digan lo que le digan en el departamento, un alumno no tiene que estar preparando buffers para todo el grupo. Una cosa es aprender a hacerlos, y otra cosa es que te exploten.
Dicho esto… por favor, no caigáis en la primera etapa. No seáis tan inocentes y no os creáis todo lo que os digan en un departamento. Hay otros. Hay muchos laboratorios. Y hay vida más allá de los laboratorios de la universidad.
Deja una respuesta