Retractar un artículo no tiene por qué ser algo malo. Y he querido escribir el post de hoy justamente para poder explicar que no es algo necesariamente negativo, porque últimamente parece que siempre que hablamos de retractar artículos, es porque algo horrible ha pasado.
Retractar vs. corregir
Para empezar, lo de retractar está dicho de aquella manera, porque en castellano todos diríamos retirar, pero el inglés omnipresente es lo que tiene. Cuando un artículo científico se retracta (retira), realmente debe quedar ahí, pero con una notita. En la página web de la revista se incluye junto al artículo una nota diciendo que ha sido retractado, y en muchos casos se elimina el texto de la web dejando solo el pdf, al que además se le debería añadir al menos la nota. o correcto sería añadir una marca de agua, para que si alguien accede tenga bien claro que esos resultados han sido retirados.
Esto se hace solo cuando se considera que se invalida el artículo por alguna razón. Si se ha detectado un error, pero ese error no afecta a los resultados del artículo, se puede hacer una simple corrección, que se incluirá de la misma forma como nota en la web y en el pdf. Una corrección se puede hacer, por ejemplo, si hemos indicado mal los colores en la leyenda de una figura, si nos hemos comido una frase aclaratoria, si hay un typo, o si nos hemos saltado algún conflicto de intereses, aunque en ese caso particular yo tengo mis dudas, ya que un conflicto puede llegar a ser muy relevante para los resultados (y algunas revistas opinan lo mismo).
Por qué retractar un artículo
Aquí viene la parte crítica. ¿Qué nos lleva a retirar un artículo? Pues puede haber muchas razones. Una de ellas podría ser que los propios autores se den cuenta de que han cometido un error (usando datos incorrectos, haciendo cuentas mal, etc) y dado que eso afecta a los resultados, pidan a la revista retirar el artículo. Otra razón sería que un tercero se diese cuenta de un error, lo comunique, y a los autores se les pida retirar el artículo.
Pero también tenemos la opción de fraude. Si alguien se da cuenta de que los resultados presentados implican algún tipo de fraude, entonces el artículo debe ser retractado, con o sin el visto bueno de los autores. Y aquí entramos en el terreno pantanoso de qué se considera fraude. Debería considerarse fraude cualquier manipulación intencionada de resultados por parte de uno o más autores del trabajo. Si se puede demostrar que ha sido un error y que no afecta, podemos considerar la corrección (por ejemplo, si se ha publicado una gráfica errónea pero muy parecida a la original por subir el fichero que no era, siempre que se pueda demostrar). Si hay manipulación (resultados duplicados de otros artículos, photoshop en las imágenes para hacer desaparecer lo que molesta…) entonces eso es fraude y por una pura cuestión ética se debe retirar, incluso aunque no afecte a la interpretación de los resultados.

Los famosos y los menos famosos
Hace unos días me encontré con una nota retractando un artículo de esas que están bien hechas. No sé si los autores lo hicieron por iniciativa propia o por presiones, pero la nota aclara que habían publicado algo y que, tras haber comparado con los resultados de otros, parece que lo suyo era un falso positivo. Por lo tanto, retiran su artículo, a la vez que publican otro en el que hacen la nueva interpretación de sus datos, añadiendo nuevos resultados. Esto en ningún caso debería suponer un problema en la carrera de estos científicos, porque esas cosas pasan en la ciencia. Han hecho lo que tenían que hacer. Os dejo la nota aquí.
Ese tipo de retiradas pasan desapercibidas. Pero otras, aunque muy famosas en ciertos círculos, siguen dando para largos debates. Por ejemplo, el artículo que (al menos hasta 2020) era el retractado más citado, que se centraba en los beneficios de la dieta mediterránea, tiene casi más citas después de retirarse que antes. En ese caso había errores graves en el análisis de datos, se retiró el artículo, se reanalizó, y se publicó otro. Os dejo el enlace para que veáis que no destaca por la claridad, ya que cuesta lo suyo encontrar por qué se eliminó, y tampoco es que sea especialmente visible.
Menos citado pero más famoso
El siguiente más citado es mucho más famoso, si os digo que es el de Wakefield. Ya sabéis de qué hablo. El que se inventó que las vacunas provocaban un montón de enfermedades en los niños. Pues ese resulta que se ha citado más después de retirarse que antes, aunque quiero pensar que muchas citas fueron para indicar que es lo que no se debe hacer.
Lamentablemente, en los próximos años veremos muchos más artículos retirados, de esos que se han publicado desde 2020 con las prisas. Algunos serán retractados porque con la prisa se publicó algo incorrecto, sin mala intención. Otros por fraude. Y otros muchos, demasiados, se están retirando ya porque las prisas no son buenas, y son artículos que nunca deberían haber pasado el filtro de los revisores y de la revista. Por cierto, la revista también debería detectar parte de los casos de fraude.
Veremos qué ocurre en los próximos meses, pero yo veo venir un aluvión de retractaciones más o menos forzadas, y eso que muchos se quedaron en preprints y nunca pasaron de ahí. Algunos incluso han tenido que ser eliminados del propio servidor de preprints. Curiosamente, hay artículos sobre artículos retractados. Aquí os dejo uno para que podáis poner números a lo que os he contado.
Deja una respuesta