¿Que le den a la ciencia? No estoy tan segura…

El libro que os voy a comentar hoy es ¡Que le den a la ciencia!: Supersticiones, pseudociencias, bulos… desmontados con pensamiento crítico de Rocío Vidal, a la que muchos conoceréis como La gata de Schrödinger. Al igual que me ha ocurrido con los libros de otros divulgadores más mediáticos, me he quedado un poco desilusionada.

No tengo muy claro cual es el público objetivo del libro. Si hablamos de sus seguidores en YouTube, entonces ¡Que le den a la ciencia! me parece un poco falto de contenido, ya que repite principalmente puntos que ya se han tocado en vídeos y no se profundiza en exceso. Si se trata del mismo público al que va orientado su canal, pero asumiendo que no han visto sus vídeos… entonces puede ser adecuado. Pero si se trata de aquellas personas que podrían creer tales bulos o pseudociencias, entonces creo que el libro no está del todo bien planteado, al menos desde mi perspectiva.

Lo que a mis ojos me he encontrado es una colección de argumentos para desmontar los bulos más clásicos que no dejan de ser, fundamentalmente, los mismos argumentos que hemos escuchado repetidos hasta la saciedad. Quizá en lugar de intentar abarcar tantos temas distintos y tocarlos de una forma más superficial, habría sido más adecuado profundizar en una lista mucho más limitada.

Me he quedado un poco con la idea de que algunos bulos son mentira porque “hay gente que ha demostrado que no es así” o porque “ya hace mucho que sabemos que eso no es cierto”. Que sí, pero faltan más datos. No podemos intentar que alguien cambie de opinión cuando cree en un dogma poniendo otro dogma en su cabeza, eso no es pensamiento crítico. El pensamiento crítico implica la reflexión, el avance a través de diferentes ideas, cuestionarse diferentes aspectos, la experimentación y el análisis. La imposición de datos, por mucho que esos datos sean los ciertos, no es pensamiento crítico. De la misma forma, otro aspecto destacable es que se dice que no hay que reírse de los negacionistas… mientras se ríe de algunas de sus creencias o actitudes, lo que es contradictorio.

El libro, conste, me ha resultado entretenido. Aunque en general es correcto, he detectado varios fallos, algunos sin demasiada importancia y más cercanos al error ortográfico y otros más graves, pero podemos vivir con ellos. Quizá pueda ser un libro adecuado para gente mucho más joven que empieza a demostrar cierto interés por estas temáticas, y desde luego es un libro adecuado para aquellos que, como yo, viven un poco desconectados de ese otro mundo en la divulgación.

Yo seguiré pensando que es mejor dialogar, analizar punto por punto y educar en el pensamiento crítico, porque creo que ganas más enseñando a analizar un bulo con sus ejemplos que intentando desmentir demasiados de una forma más dogmática, pero cada una tiene su forma de hacer estas cosas. Si el libro os interesa, igual que llamó mi atención, podéis encontrarlo para Kindle por un precio razonable, aunque la versión en papel supongo que es más dada a los regalos.


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