Corrían los años 90 y todos sabíamos quién era el primo de Zumosol. Asumo que es una de esas cosas que los nacidos después desconocen, o que les suena tan viejo como cualquier comentario boomer a los que éramos todavía niños en los 90. El caso es, para los más jóvenes del lugar, que el primo de Zumosol era un tipo que estaba enorme y estaba muy cuadrado porque bebía zumitos de Zumosol. Beber zumo de naranja y ponerse cuadrado… eso ya no cuela.
Aunque hubo varias versiones de los anuncios y todo eso, supongo que no soy la única que la imagen que recuerda es la del zumo pequeño, con su pajita. El caso es que el anuncio tenía tela, porque supuestamente intentaba (además de publicitar la marca) ser un alegato contra el bullying, con un mensaje que transmitía que “si te metes conmigo mi primo te pega”. No sé… me da que ese no es el mensaje que queremos transmitir, pero eran los 90, otra vida.

El zumo de naranja
Aunque podría seguir hablando de nostalgia, yo realmente venía a hablar de zumo, porque aunque en ciertos círculos esto se ha repetido mil veces, no dejo de descubrir personas que me hacen pensar que yo vivo en un mundo paralelo, así que no está de más repetir las cosas.
En lugar de dejar que mi cerebro bioquímico suelta palabros raros, vamos a intentar simplificar las cosas. Las naranjas tienen una serie de componentes, vamos a llamarlos X, Y, Z. Cuando haces un zumo de naranja, quitas Z (vamos a decir que Z es la fibra, aunque son más cosas) y un poquito de Y (Y son las vitaminas). Te queda X, que básicamente es agua y azúcar (y algunas cosas más, pero estamos simplificando). Este razonamiento ya nos vale para decir que tomarse un zumo de naranja (X y un poco de Y) no es lo mismo que comerse una naranja (X, Y, Z).
Pero la cosa no se queda ahí, porque X (el azúcar!!) no se procesa de la misma forma en el cuerpo si va con el resto de cosas que si va a su aire. Por eso el azúcar del zumo (que es fructosa, pero de las osas ya hablamos otro día) se considera azúcar libre, porque va libre. Y ya sabéis que tanta libertad no es buena. Si va con el resto de la fruta, lo aprovechamos mucho mejor, pero es que además consumimos muchísimo menos.
Fruta vs. zumo de fruta
Vamos a ver, aquel zumo de Zumosol… ¿Cuántas naranjas lleva en cada brik de un litro? Pues así, a ojo, deberían ser como mínimo ocho naranjas. El azúcar de ocho naranjas es mucho azúcar, pero en la vida normal sería muy raro que nos comiésemos ocho naranjas del tirón. Os lo dice una que se ha comido hoy cinco albaricoques (pequeños, lo prometo) y nota que va de azúcar hasta arriba. Pues eso, que ocho naranjas no nos las comemos, pero un litro de zumo sí nos lo bebíamos.
En sí, no es que nos bebiésemos un litro de zumo de naranja… Es que nos bebíamos un multifrutas (con más azúcar) y algunos hasta le añadían un par de cucharadas de azúcar extra. Yo es que lo de añadir azúcar a las frutas nunca he podido entenderlo (o a la leche, por cierto), pero hay gente que claramente ha perdido la capacidad para notar el dulce. Y eso, por cierto, suele derivar de un consumo de dulce excesivo.
Vamos, que a lo que iba, que no podemos comparar diciendo que “total si te comes una naranja es lo mismo”. Porque además de que se procesa de una forma distinta (en esto tenéis que confiar ciegamente), es evidente que no es lo mismo lo que tomamos bebiendo que comiendo, porque el zumo de una naranja es un chupito y da gracias.
¿Entonces dejo el zumo?
No necesariamente. Lo mejor es comer fruta entera (sí, con su piel cuando se puede, como en las manzanas), y si eso no es posible pues mejor triturar que exprimir o licuar. Si no se están consumiendo suficientes vitaminas, siempre será mejor tomarse un zumo que no tomarse nada, pero el caso es que el zumo no debe sustituir la pieza de fruta.
Si quieres tomarte un zumo además de tus raciones de fruta y verdura genial, pero ten en cuenta el azúcar que tiene para no consumir un exceso si es de forma regular y, si es cosa de un día y porque te gusta, toma el zumo que te de la gana. Ese es el tema, que el zumo deberíamos verlo más como algo dulce ocasional que como algo diario, y desde luego no consumirlo pensando que te aporta lo que aportaría la fruta. Yo no voy a dejar de hacer batidos de vez en cuando, especialmente ahora en verano, pero no pienso que sea algo sano (aunque podría ser peor).
Pero si hago el zumo de naranja en casa…
Aunque hay zumos y hay néctar y hay cosas que nadie tiene claro qué son, si un zumo es zumo de naranja exprimido, eso es lo mismo que vas a hacer tú en tu casa. El néctar es concentrado, y otras cosas pues habrá que intentar adivinarlas por lo que ponga la etiqueta, pero los zumos que dicen que son simplemente naranja exprimida son justamente eso. Lo que se hace es eliminar cualquier posible fuente de bacterias para que no tengas un bonito fermento cuando llegas a casa, y nada más. Al fin y al cabo el zumo de naranja ya lleva uno de los mejores antioxidantes del mundo.
Otra cosa será que las naranjas que se hayan utilizado no sean de tu agrado, pero ahí ya es cuestión de marcas, pero yo quería aclarar que el zumo exprimido comercial es igual de bueno (o de malo) que el que haces tú en tu casa, ya sabéis que eso de “los químicos malos” casi siempre es un mito. Pero que nadie le añada azúcar, por favor.
Os pediría una ayudita para naranjas pero vamos fuera de época y de albaricoques voy hasta arriba… eso sí, las frutas del bosque andan muy caras. Así que si no queréis que empiece a asaltar fincas ajenas, podéis ayudarme a consumir mis raciones de fruta diarias invitándome a un café:
Deja una respuesta