Profesores en apuros VI: Contando enzimas

Ayer fue otro de esos días en los que los profesores deberían estar calladitos.
Primero, por la mañana, esa fuente de críticas que me permitirá tener tema de conversación hasta marzo, dijo una de sus hermosas frases:

… y ya hace casi dos siglos, en 1966…

Yo mantengo que, como es tan vieja, aún no había Barrio Sésamo, y así quedó.
Por la tarde, en las conferencias sobre el SIDA de la semana de la ciencia, las frases fueron muchas, teniendo en cuenta que parte de la gente que estaba allí sabía de biología lo que yo de filología china. Las conferenciantes, las pobres, intentaban explicarlo todo a un nivel bajo, pero no se puede explicar la replicación de un virus sin usar palabros raros…. En un momento de tensión, al nombrar la protesasa una de ellas aclaró:

La proteasa es una enzima. Una enzima es una proteína que rompe cosas.

Creo que todos los abogados, cuando en un crimen a algún poli se le ocurra hacer un análisis alozímico para saber si es el asesino, se van a esconder, no vaya a ser que rompan algo suyo… Al menos, ya saben que es una proteína. Menos da una piedra…


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