Son las seis y media y llevo despierta doce horas y media. He estado horas y horas en un hospital. En la cafetería han intentado envenenarme y además la tipa de nutrición me miraba con ojos golosos. No soy un conejillo de indias, por mucho que sea pálida y mi IMC sea un poco cutre. Tampoco merezco ser odiada por todos aquellos que estaban allí porque querían adelgazar.
Intenté abstraerme y leer. Pero no podía. Alguien me interrumpía cada 3 minutos, y después tenía el morro de decir que con lo lento que leo, jamás acabaré el libro. También estuve al volante bastante rato. Eso sirvió para menos, pues me molesta mucho que me indiquen cosas, sé mirar las señales, sé que es un ceda, y qué es un stop. También sé contar el número de salidas de la rotonda, aunque ellos no lo sepan.
También tuve que aguantar quejas por haber estado un día sin comer, de alguien que tiene reservas de grasa suficientes como para aguantar la tercera guerra mundial. Y después de la endoscopia fue peor… porque no podía comer y tenía el estómago revuelto. Así más o menos como me quedó a mi después de esa mañanita…
Y cuando pensé que todo se había acabado, me comunican que bueno, que si eso la semana que viene me harán una visita, que me llaman cuando estén en Bertamiráns. Los voy a matar…
A ver si hasta esa se me pasa el mosqueo y el sueño :/
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