No nos quedarán ni los cactus

En España hace calor, supongo que os habéis dado cuenta. Yo tengo unas cuantas plantas en mi terraza, y en los últimos días las pobres están sufriendo bastante, pese a que intento regarlas todo lo necesario, que resulta ser mucho. Pero además en los últimos días me he encontrado con un problema nuevo, y es que tengo que regar hasta los cactus.

Las crasuláceas, que solemos meter en el saco de “cactus” son plantas que tienen un metabolismo diferente. Durante el día no fijan CO₂, porque están adaptadas a ambientes en los que eso supondría una gran pérdida de agua. Su metabolismo va al contrario, por lo que recogen el dióxido de carbono durante la noche, y de día se ocupan de transformarlo en planta. Es lo que llamamos metabolismo ácido de las crasuláceas, y como el propio nombre indica, eso hace que su pH vaya variando durante el día. Pues eso, que mis crasuláceas me piden agua, pese a que hasta ahora habían vivido con la poca agua que les caía de rebote, fuese de la lluvia o de mi lluvia artificial (con un pulverizador sobre todas las plantas).

Fotografía de una crasulácea
Os aseguro que los míos no pintan tan felices

C3, C4 y CAM

Las plantas, según su forma de fijar el dióxido de carbono, se dividen en C3, C4 y CAM. Las CAM son las crasuláceas, porque si lo leéis al revés, que es lo que pasa con los nombres en inglés muchas veces, podéis ver eso de metabolismo ácido de las crasuláceas. La vía C3, de los tres carbonos, es la más común en las plantas. Las C3 y las C4 fijan CO₂ durante el día, pero si hace demasiado calor, la cosa no funciona. Si la temperatura es demasiado alta tienen que limitar la entrada de CO₂ porque permitir que entre implica perder agua, así que cierran la puerta (los estomas) y esperan. Toleran niveles altos de CO₂, pero si la temperatura sube, su metabolismo se rompe y empiezan a respirar. A fotorrespirar, concretamente. Y eso un ratito vale, pero a la larga sale mal.

Las plantas C4 hacen lo contrario. Su metabolismo de cuatro carbonos está adaptado a temperaturas más altas, por lo que se apañan muy bien cerrando estomas y trabajando con lo almacenado, lo que les permite mantener la turgencia en zonas bastante secas, aunque no tan bien como lo hacen las crasuláceas. El problema es que las plantas C4 toleran muy mal las concentraciones altas de CO₂, ya que en esos casos su fotosíntesis es menos eficiente, por lo que están bien para zonas secas, pero con más oxígeno. Y es que estas plantas se adaptaron a concentraciones de CO₂ más bajas de lo que tenemos en la actualidad, menos de la mitad.

La una por la otra…

Vamos, que tenemos plantas C3 que funcionan relativamente bien con más CO₂, pero que dependen mucho más del agua y la temperatura (y también de otros nutrientes), plantas C4 que viven bien en ambientes secos, pero llevan mal el CO₂… y cactus. ¿Cultivaremos cactus? ¿O será incluso difícil para ellos? Al fin y al cabo hacen falta nutrientes, y si el ciclo del carbono lo llevamos por mal camino, del nitrógeno ya hablamos otro día…

Un futuro interesante, este que nos está quedando.

Si me queréis ayudar a mantener vivos mis cactus, podéis hacerlo invitándome a un café:


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