Tendemos a pensar que las entidades biológicas con material genético propio más pequeñas son los virus. Lo del material genético propio lo aclaro para dejar a un lado a los priones, que son proteínas y no tienen ni ADN ni ARN. Pero un virus, sea del tipo que sea, tiene siempre su material genético (ADN o ARN), proteínas, y a veces una envoltura lipídica. Al menos ARN y proteínas siempre. Los virus son más o menos independientes, porque aunque necesitan infectar un hospedador y utilizan parte de su maquinaria celular, llevan en su interior lo básico para poder hacer su “vida” en otra célula. Son como los parásitos. En sí, son parásitos. ¿Pero hay algo más pequeño? ¿Hay algo más dependiente? ¿Qué es eso de virus satélite?
Los virus satélite
Llamamos virus satélite a virus que dependen de otros virus. Estos virus parasitan a otros virus, vaya. Aunque aparentemente son virus, para poder multiplicarse necesitan infectar una célula que esté infectada por otro virus (un virus helper, ¿ayudante? ¿asistente?). Se conocen un montón de virus satélite, tanto que su clasificación es bastante compleja. Barriendo para casa os puedo decir que los más famosos son los virófagos, pero eso es para mi, para el resto del universo probablemente los más famosos son los parvovirus, que probablemente os suenen si tenéis mascotas.

Los viroides
A otro nivel encontramos los viroides, que son fragmentos de ARN… y ya. Es una cadena corta, circular, y que actúa como ribozima. Vamos, que ella se lo guisa y ella se lo come. No codifica proteínas, y lo único que hace es copiarse a sí misma. En ese proceso de copia fallan bastante, por lo que tienden a acumular mutaciones y eso acaba generando una gran diversidad.
Aunque un trozo de ARN pueda parecer inofensivo, los viroides infectan a plantas y hongos, y se sabe que causan muchas enfermedades. Los conocemos desde hace unos 50 años, pero son todavía unos grandes desconocidos.
Los virusoides, la vuelta de tuerca
Los virusoides son una mezcla de los dos tipos anteriores. Son como los viroides, una cadena de ARN desnudo, que se puede copiar a sí mismo. Pero a su vez, dependen de la coinfección con otros virus. Aquí nos encontramos a un conocido, el virus de la hepatitis D, que realmente es un virusoide y que depende de que esté el virus de la hepatitis B presente. Hay cierta controversia y muchos consideran que se trata de un virus satélite, pero por sus características se tiene que clasificar como virusoide.
Hasta el momento, viroides y virusoides son lo que conocemos más básico y que, por lo tanto, creemos que puede parecerse a los orígenes de la vida. Aunque a saber, quizá haya un montón de partículas todavía desconocidas. También tenemos los plásmidos, que no dejan de ser fragmentos de ADN con información que se pueden pasar a otras bacterias y que se puede multiplicar… pero eso ya es otro tema, hoy nos centrábamos en las “cosas que se parecen a virus, pero no lo son”.
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