Los toros

No sé si alguna vez he hablado del asco que me dan los toros. No los toros en sí (pese a que no sea mi animal preferido). Me refiero a esa cosa tan española, las corridas (esto cada vez suena peor). Eso de putearlos hasta el infinito para después matarlos. Es que no me tiene gracia.

Es una de esas cosas que no me gustan de España. Cuando estás fuera, o hablando con alguien de fuera, al saber que eres española, en el instante asumen que te gustan los toros, y que bailas sevillanas, y que cantas flamenco, y que en tu vocabulario básico se encuentra el “olé”. Pero no es así. El mismo problema pasa con los gallegos y el resto de España, pero esos prejucios los vamos a dejar para otro día, ahora a lo que ibamos.

Estaba yo ayer a la noche escuchando El Larguero (esto tiene su explicación lógica) y quejándome porque las próximas dos semanas (como mínimo) el único tema de conversación iba a ser el gran éxito del Real Madrid, lo bueno que es su entrenador (al que hace 3 semanas todo el mundo ponía a parir) y que malo es el Barcelona (pese a que haya empatado a puntos) y que está en crisis, que hay que largar a sus dos mejores jugadores y a su entrenador, para renovar. De repente, entre este “bla bla bla” empecé a escuchar un nombre que no asociaba con ninguno de los dos equipos… José Tomás. ¿Y quien coño es ese tio? “La vuelta a los ruedos de José Tomás….” ¿Y porqué hablan de él aquí? Yo ya creía que era suficiente tortura que todos los domingos a la noche haya un programa especialmente dedicado a los toros. No puede haber tantos españoles escuchando la radio que adoren los toros. No cabe en ninguna cabeza…

Hoy, la noticia de la vuelta de este hombre está en varios periódicos. Resulta que cotilleo un poco, y es un chico joven, tan sólo 32 años (nótese que he dicho que es joven :)) y madrileño. Se ha vuelto torero porque es sobrino nieto de un ganadero que parece ser que es muy conocido (en su casa).  Su primera vez en público fue con 12 años…  ¿quién es capaz de dejar a un crío delante de un toro a ver si se le da bien? Hay que ser  irresponsable.

Con los años se retiró, pero después volvió, concretamente ayer, y en Barcelona (ciudad que se supone limpia de esta clase de sacrificios), y cortó no se cuantas orejas (no le encuentro la coña a lo de cortar orejas). Y tan joven…

Recuerdo que a mi abuela le gustaban los toros. Se sentaba delante de la tele todas las tardes (todas las tardes que los había) y le gustaba verlo. No le gustaba que el bicho sufriese, pero el hecho de torearlos “sin hacerles daño” le parecía un arte. Yo nunca fui capaz de entender como putear al animal así podía parecerle un arte, y ella entendía lo que yo pensaba. Pero es que mi abuela, creció en una España diferente, y esas cosas se le podían perdonar. Tengamos en cuenta que mi abuela nació en 1913. Vivió en una España donde el producto nacional tenía que ser adorado, y ya bastante se arriesgaba ella… (otro día hablamos de la historia de mi familia). Lo que no puedo entender es como alguien que llegó al mundo con la muerte de Franco, puede dedicar su vida a los toros. Si8 alguien lo entiende, que me lo explique.


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Comentarios

Una respuesta a «Los toros»

  1. Avatar de Nenya
    Nenya

    Pues por mi que los echen al ruedo cuanto más críos mejor… a ver si les dan un buen susto y se les quitan las gans de por vida. Para mi, la gente a la que le gustan los toros (el toreo) es una ignorante y una morbosa.

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