En las últimas semanas me he dado de bruces con eso de que en casa del herrero cuchillo de palo. Concretamente, con que personas de mi entorno han caído en una serie de errores sobre el consumo de remedios naturales varios, de esos que se venden en el supermercado como suplementos o como infusiones. En todos los casos la persona que me lo contaba me decía que bueno “mal no van a hacer” o “si total seguro que no hace nada”. Para empezar, entiendo que si realmente pensasen que no van a hacer nada no se lo tomarían, porque no gastarían el dinero en ello. Pero es que además, los remedios naturales no son homeopatía. Es decir, llevan algo. Y lo que llevan puede suponer un problema. Vamos a repasar las diferencias, a ver si alguno más se replantea lo que está tomando en su día a día.
Qué es lo que sí llamamos homeopatía
En lenguaje llano, un remedio homeopático es aquel que lleva agua y/o algún que otro glúcido. En la teoría, lo que llevan es un compuesto X, que en general es algo que es peligroso, que se ha diluido millones y millones de veces y según su teoría, eso hace que cure la enfermedad que en muchos casos provocaría si no se hubiese diluido. Pero en la realidad, si diluimos una sustancia a ese nivel, no queda absolutamente nada de esa sustancia. Esto lo sabemos porque conocemos el número de Avogadro y sabemos cual es el tope de dilución para que quede al menos una molécula presente, y si se diluye más allá, pues no queda nada. Y sí, ya sé que hablan de la memoria del agua y todo eso, pero el agua no tiene memoria (menos mal). Así que lo que compramos cuando nos venden un remedio homeopático es el excipiente en el que viene ese supuesto remedio. Eso es en muchos casos sacarosa (o similar) y agua (si es un remedio líquido).
Resumiendo, si consumimos un remedio homeopático no nos va a pasar nada. El gran peligro de la homeopatía es utilizar ese remedio para sustituir a un medicamento, pero mientras no dejemos de consumir el medicamento, pues no nos pasará absolutamente nada.
Los remedios “naturales” pueden provocar… reacciones naturales
El problema lo tenemos cuando compramos, por ejemplo, una infusión adelgazante. Parece algo inocuo porque lo venden en el supermercado, pero la mayor parte de infusiones para “mantener la línea” esconden algo muy feo. Por una parte, ya hemos hablado aquí alguna vez de su posible interacción con medicamentos que nos hayan recetado, pero la cosa no se queda ahí. El problema no se limita a que la absorción sea por la misma vía y se pueda limitar la acción de otro compuesto. El problema, en el caso de las adelgazantes, es que lo que llevan es una planta con efecto diurético. Básicamente, funcionarían como una pastilla que baje la tensión arterial. ¿Problema? Primero, que no estás regulando lo que te tomas, y puedes pasarte. Segundo, que mientras que una pastilla “para la tensión” se centra en la regulación del sodio, los diuréticos así a lo loco pueden hacerte perder también grandes cantidades de potasio (y eso es un problemón).
Y si eso aplica a las infusiones pero también a todas esas pastillas de “extracto de”, que de una forma u otra pueden generar daños, sea porque tienen un efecto más allá del esperado, o porque cambian el efecto de un medicamento (por exceso o por defecto).
¿En resumen?
Que antes de tomar un remedio natural, consultemos bien lo que vamos a tomar. Que más allá de lo que diga la caja, nos informemos sobre posibles efectos adversos, efectos esperados no contados, interacciones, etc etc. Y algo que no me canso de repetir: hay que informar de esto en la consulta médica. Y en la farmacia. Cuando te preguntan si tomas algo, tienes que decir todo lo que tomas, desde esa infusión que te tomas para dormir hasta el extracto de nosequé que tomas con el desayuno porque te han dicho que va muy bien para algo. Todo.
Y así, aunque haya sonado repetitivo, aunque sea un tema que ya hemos tratado aquí más veces, a ver si de una vez queda grabado en los cerebros y no me vuelvo a encontrar con un lío de ese estilo cercano. Y si tenéis dudas, preguntad antes de tomar nada. Que parece mentira…
¿Sabéis otra cosa que es diurética? El café. Yo me ocupo muy bien de equilibrar mi consumo de café con mi consumo de sal, así que si queréis podéis enviarme un cafecito…
Deja una respuesta Cancelar la respuesta