El tema de hoy quizá debería estar ocupando un poquito más de espacio en las noticias. Y quien dice un poquito, se refiere a algo. Hoy vamos a hablar de qué cosas sabemos en estos momentos de los virus en visones. Concretamente del coronavirus SARS-CoV-2. En su momento se contó que había casos en granjas y se iban a sacrificar un montón, pero parece que se quedó ahí.
La realidad es que en los últimos meses se ha avanzado en el estudio de la situación, analizando por una parte la dispersión de los coronavirus en ese entorno, y por otra el papel de las mutaciones identificadas. Y se están estudiando más cosas, pero de esas dos partes se han publicado artículos que me dan contexto para el tema.
Los dos artículos que me han servido como inspiración y fuente de información son: Transmission of SARS-CoV-2 on mink farms between humans and mink and back to humans y SARS-CoV-2 mutations acquired in mink reduce antibody-mediated neutralization. El segundo es un preprint, por lo que debemos tomar sus datos con cautela.
La situación del coronavirus en visones
Desde finales de la primavera pasada sabemos que los visones se pueden infectar con el SARS-CoV-2, en aquel momento se identificaron casos en granjas en Países Bajos y en Dinamarca. La estrategia a seguir era la habitual en los brotes epidémicos en animales: muerto el perro se acabó la rabia. Durante el resto de 2020 se sacrificaron millones de visones en Europa.
Pero lo que hizo que los visones en su momento ocupasen las noticias no era que ellos se contagiasen, era que podía volver a humanos. Poco después de identificar los primeros casos en visones, se detectó que sus virus tenían una serie de mutaciones y que las mismas se habían identificado en algunos trabajadores de las granjas. Esto indicaba que el virus había pasado de los humanos a los visones y de los visones de vuelta a humanos.
El salto es posible, y ha pasado varias veces
En el primer artículo que he nombrado analizan la presencia de virus en diferentes granjas. Buscaron brotes y analizaron las secuencias, llegando a la conclusión de que existen varios grupos independientes de virus en base a sus secuencias, por lo que son eventos independientes.
Por otra parte, sus resultados apuntan a la transmisión entre los trabajadores e incluso a sus familiares, pero no parece extenderse en ningún momento mucho más allá, aunque en principio sería posible. Puntualmente, si han detectado saltos entre granjas, pero probablemente se deben a trabajadores temporeros.
Los datos obtenidos destacan también un miedo que debe estar presente: ¿y si los visones son reservorios? Quizá no es todavía el caso pero pueden serlo en el futuro. Dada nuestra situación actual, que el virus se pudiese ocultar en un reservorio animal nos supondría un gran problema.
Las mutaciones en visones son preocupantes
En el caso del preprint que analiza las mutaciones en detalle, vemos que las mutaciones adquiridas en visones no deben quedar olvidadas. En algunos casos son mutaciones que están también presentes en algunas de las variantes que se han identificado posteriormente. En otros casos, son mutaciones que permiten seguir replicándose en humanos sin problema, pero que escapan de algunos de los anticuerpos que se utilizan actualmente.
Dada la situación, la adquisición de mutaciones en otros animales y su vuelta a los humanos podría suponer un gran problema a la larga. Por ello, los estudios que analizan las secuencias tanto en animales como en los humanos que se han contagiado de ellos son imprescindibles.
¿Por qué preocuparnos?
Aquí nos encontramos con varios problemas. Por una parte, lo que mencioné antes: el virus podría esconderse durante un tiempo en un reservorio y volver pasados unos meses a infectar humanos.
Pero no es el único problema. Estamos detectando aproximadamente una nueva mutación cada dos semanas. Eso, dadas las mutaciones presentes en los primeros visones nos deja con dos opciones: o el virus llevaba tiempo circulando entre ellos o en ellos muta más rápido. Dado que algunas mutaciones se identificaron en granjas en las que antes todos eran negativos, nos investigadores se inclinan por la segunda opción.
¿Queremos que el virus se esconda en unos visones en los que puede generar variantes más rápido? Si no es así, más nos vale no perder de vista a los visones.
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