Tras los recientes casos de gripe A en España y en otras partes del mundo, parece que hay un auge en el uso de los geles hidroalcohólicos. Estos geles, para aquellos que no entiendan el palabro, se tratan de los famosos geles que aparecieron en aseos públicos, hospitales, etc tras el brote de gripe A de 2009, y que también empezaron a venderse en masa en los supermercados.
Estos geles, más allá de la característica particular de cada uno de ellos, tienen una base de alcohol y glicoles, que son unos compuestos similares, para que nos entendamos, como la glicerina que llevan muchos jabones. Por una parte se supone que arrastran la suciedad, y la parte alcohólica se ocupa de eliminar las bacterias que puedan estar presentes en las manos. La idea es que “limpian” sin necesidad de agua, facilitando por lo tanto limpiarse la mano en aquellas ocasiones en las que no se tiene acceso a un grifo de agua.
Para comenzar, voy a hacer un breve resumen de un post publicado ayer en Lifehacker sobre el tema (dado que está en inglés y esto podría ser un limitante). El primero punto destacado en el artículo es que no hay que tener miedo a los gérmenes. En nuestro cuerpo hay muchos microorganismos que conviven felizmente con nosotros, y tenemos que dejar un poco de lado esa obsesión por eliminarlos a todos, buenos y malos. Esto en España habréis notado que últimamente se destaca mucho en la publicidad, con los nuevos geles, desodorantes, etc, que hacen hincapié en el tema de mantener nuestra flora natural.
Por otra parte se destaca que los productos de limpieza (en general, los que usamos para limpiar en casa) muchas veces no tienen el efecto antibacteriano que dicen tener. Más allá de la eficacia matabichos de cada producto, sí me gustaría destacar algo que se dice en el artículo, y es que en la mayor parte de ocasiones los posibles microorganismos se eliminan más que de sobra con un producto normal. A efectos prácticos, un plato va a quedar igual de limpio con el lavavajillas X que con el lavavajillas X-Antibacterias. Pensad que cuando fregáis los platos lo hacéis con agua a presión, y esto va a ser suficiente para eliminar las bacterias. Obviamente otra cosa es eliminar la grasa, los restos de comida pegados, etc, pero las bacterias os aseguro que no se agarran con fuerza al plato para evitar ser arrastradas por el agua, básicamente, porque no pueden.
Por último se habla de los efectos en el medioambiente de los productos antibacterianos. En el supuesto caso de que cojamos un producto que realmente sea antibacterias, ese producto se va con el agua y acaba en el río, el lago, el mar… el agua. El agua en el que crecen bacterias. Bien, si mata las bacterias… pero esperad, porque como por acción divina de la evolución haya una bacteria que sea resistente al agente antibacteriano, esa bacteria se va a reproducir felizmente y el agente ya no va a servir para matarla. Y como la evolución es sabia y funciona muy bien en casos de presión, a la larga tendremos un montón de bacterias resistentes a muchas cosas. Lo mismo que pasa con los antibióticos, con los que hay que tener mucho cuidado.
En las recomendaciones finales, se dice que hay que usar los antibacterias en los casos en los que realmente hacen falta y, para el resto, el jabón de toda la vida.
Yo me he dedicado entre ayer y hoy a recoger opiniones sobre el uso de estas cosas a mi alrededor. Por lo que he podido comprobar, la mayor parte de gente que me rodea no utiliza geles hidroalcohólicos. Un par de casos me han dicho que sí los usan puntualmente, y varios me han dicho que los usan cuando los ven de forma paralela a lavarse las manos, ya sea por el tacto que dejan en las manos (que se debe a los glicoles, a todo esto) o al perfume.
Por otra parte, respecto a los productos de limpieza antibacterianos, me he encontrado un rotundo no. Obviamente mi muestra es pequeña y sesgada, pero me hacen pensar que muy poca gente se decanta por un producto antes que por otro porque sea antibacteriano. Respecto a la limpieza y desinfección, varias personas han destacado que si hay que matar gérmenes usan lejía. Desde mi punto de vista la lejía es la mejor opción como desinfectante en casa. Hoy en día se pueden comprar derivados en gel y perfumados que facilitan la vida (que yo soy la primera que sale con un colocón si limpia todo el baño con lejía). En cualquier caso, recordad que si usáis lejía es importante que aclaréis muy bien y que os pongáis guantes. Si alguna vez habéis probado sin guantes ya sabéis el efecto que tiene en las manos, y no es nada agradable. También sabéis que vuestra ropa puede sufrir si no habéis aclarado bien. Pero lo peor es que puede acabar en vuestra boca (o la de vuestros hijos) y es tóxica. Mucho cuidado!
Además, hay mucha gente que más allá de contestar a mis preguntas, me han dicho que se lavan las manos con… Fairy! Desde mi punto de vista es uno de los mejores productos que se pueden usar para lavar las manos cuando están realmente sucias, dado su gran efecto antigrasa. Pero no abuséis, que os vais a quedar sin piel en las manos…
Hablando de frecuencia, las respuestas se dividen en dos grupos mayoritarios: los que se lavan cuando ven que tienen las manos sucias, y los que se lavan mil veces las manos de forma compulsiva. Considero que debería haber un punto intermedio. Las manos hay que lavarlas cuando sentís que están sucias, antes de comer, al ir al servicio, estas cosas que nos han enseñado siempre… pero no hay que ir cada 10 minutos a lavárselas. Y lo mismo con el resto del cuerpo. Parece que una de las inquietudes entre los preguntados es el estado de la piel. Los jabones “de verdad” suelen dejar las manos más secas por efecto de la sosa. Los jabones de manos en gel, para los que os laváis las manos mucho, es mejor buscarlos a un pH neutro para la piel, que sean menos agresivos, y con algún componente hidratante. De la hidratación, tened cuidado con los excesos de crema, porque ahí sí que crecen muy felices las bacterias. La idea es que la piel esté limpia, así que la crema debe absorberse rápidamente en caso de usarla.
Obviamente he dejado fuera del análisis los comentarios de los que trabajan en ámbitos relacionados con la sanidad, por la misma razón que me dejo a mi misma fuera: aquellas personas que por profesión tienen contacto con otra clase de microorganismos tienen que tomar unas medidas completamente diferentes, y toda prevención es poca.
Como resumen, lo de siempre. Mantened las manos limpias, cuidad que todo esté limpio a vuestro alrededor, no estornudéis ni tosáis encima de los demás, etc etc. Para desinfectar podéis usar lejía o amoníaco. El resto de la casa se limpia con lo que se ha limpiado toda la vida, y vuestro cuerpo igual, el jabón de la abuela sigue siendo igual de válido. Recordad otra cosa, vuestros bichos son vuestros, pero los de los demás no: en sitios como hospitales hay que tener un especial cuidado!
Y los geles, los geles con los que empecé… en el coche, en un viaje, en situaciones en las que no podáis lavar las manos con agua. Si hay agua, siempre es mejor!
Muchas gracias a todos los que me habéis contestado a mis preguntas!
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