Hoy vengo a hablar de ratas, puede que por última vez en la vida… que pena. Hoy tuvimos una maravillosa práctica de fisiología animal de la que salimos a las 8 y pico… mortal.
En esta práctica (cuando sigáis leyendo entenderéis porqué coño os cuento mi práctica), teníamos que hacer una determinación blablabla y además medir la absorbancia de blablabla… como en todas las prácticas.
Resulta que teníamos que hacerlo con plasma y con hígado. ¿A alguien le sobra? Nosotros utilizamos una rata de laboratorio. Sí, una de esas grandes, rebeldes, con sus ojitos rojos… mirándote con cara de “no me mates”.
Realmente sólo hemos matado a una entre todos, el resto (otras 4 ratas) sólo las anestesiamos para hacerles un corte y sacarles sangre (anestesiarlas era preciso, son muuy inquietas).
Mi rata tenía ciertos problemas con la anestesia… tuvimos que darle el triple de lo que habíamos calculado que era preciso, y aún así, yo creo que no estaba del todo ida… que la muy hijaputa no se daba dormido. Fue divertido.
Yo personalmente tengo problemas con las ratas cuando están muy inquietas, pero después ya no tengo problema alguno en acariciarla si hace falta (concretamente, hacía falta para facilitar que se relajase y sangrase más).
El caso es que una vez más me sorprendió mucho la reacción que tiene la gente a estos bichejos… hasta había una chica que sólo de pensar en la rata lloraba!!! ¿Cómo hemos llegado a esto?
La mitad del mundo piensa que la rata es un ser despreciable… ¿y nosotros no nos atrevemos a acercarnos a una que está en una jaula?? Cierta chica metió un grito porque la rata se retorció un poco, y casi tira todos los matraces de la mesa… y eso que esta chica está acostumbrada (según ella) a tratar con animales de laboratorio….
Estamos en último año de carrera. ¿No deberíamos superar a las ratas ya?
Deja una respuesta