Por razones que nadie logra comprender muy bien, a veces un artículo que se publicó hace ya un tiempo renace y se cuela en la lista de artículos más leídos. En esos casos todo crece como crecen los memes: alguien hace que suba un poquito, está ahí, tú haces clic para ver qué es, haces que suba otro poquito… y cuando nos damos cuenta hay un artículo de hace 10 años sobre un tema que en principio había pasado desapercibido en el top 10. Sea como fuere, hoy me he encontrado un artículo sobre mareas rojas y no podía desaprovechar la oportunidad. Hoy venimos a hablar de las otras bacterias en las mareas rojas.
¿Qué bacterias forman las mareas rojas?
De las mareas rojas y sus bacterias ya he hablado muchas veces. Son explosiones de vida, en las que crecen de forma descontrolada cianobacterias. Ese crecimiento trae consigo una serie de problemas, a cada cual peor. Por una parte, los nutrientes que se comen esas cianobacterias no están disponibles para otros bichos. Por otra parte, la que más nos afecta, esas cianobacterias generan una serie de toxinas que nos pueden hacer mucho daño. Y es que aunque las toxinas famosas son las diarreicas, las que actúan como neurotoxinas hacen mucho más daño a largo plazo.
Por si todo esto no fuese suficiente, se sabe que esas “mareas rojas” además de las susodichas cianobacterias tienen otra serie de bacterias que crecen en el conjunto, pero que al estar presentes en cantidades mínimas (comparado con las otras) tienden a pasar mucho más desapercibidas, aunque ya hace años que se están estudiando.
El artículo que comentamos hoy justamente se centra en esas otras bacterias, pero en lugar de hacerlo secuenciando a lo bruto, que es la técnica más común, lo hacen intentando cultivar primero esas bacterias en medios selectivos, para justamente seleccionar aquellas que puedan ser más interesantes. ¿Interesantes para qué? Lo veremos en un momento.
Las otras bacterias que pasaban desapercibidas
Los investigadores encontraron, para sorpresa de nadie, bacterias de todo tipo. Dependiendo del medio de cultivo utilizado podrían crecer unas u otras, pero encontraron representantes de todos los grupos posibles. Además, parte de las bacterias identificadas son “nuevas” aunque muy parecidas a otras. Y es que claro, la prima más cercana que se conoce venía de otro sitio, y esta se habrá adaptado un poquito a su vida en medio de una marea roja. Hasta tiene lógica.
Curiosamente, al intentar ver si esas bacterias identificadas afectaban al crecimiento de las cianobacterias, se encontraron con una gran maquinaria reguladora. En total encontraron 460 nuevas cepas bacterianas, y 183 fueron analizadas para ver si afectaban al crecimiento de Microcystis o Anabaena, dos de las cianobacterias más comunes. De esas 183, 110 afectaban al crecimiento de una o de la otra. Además, 89 potenciaban el crecimiento de ambas, y 19 inhibían el crecimiento de ambas.
Aunque eso de inhibir el crecimiento sea menos común, parece que tenemos una solución servida: añadamos esa bacteria que inhibe al mar y ya está, fin de la marea roja. ¿No? ¡No!
¿Esto podemos usarlo?
Esto del aleteo de la mariposa y tal cual, y que no debemos jugar con los bichos porque no sabemos qué consecuencias tendrá es una razón nada despreciable para no tocar esa marea roja, pero desde luego no es la única. Si lo fuese, probablemente alguien ya habría añadido bacterias extra al mar. La realidad es que de entre todas esas bacterias que potencian o inhiben el crecimiento, una parte son potencialmente peligrosas para los humanos. Es más, una parte son potencialmente letales. Y no queremos que el mar esté lleno de una bacteria que nos hace todavía más daño que las cianobacterias.
Así pues, este estudio en su momento sentó las bases de lo que habría que estudiar después. Algunos han seguido sus pasos, pero las cosas de bacterias que no están causando una gran pandemia, van despacio. Yo mientras sigo preguntándome por qué este artículo subió en la lista, pero me alegro mucho de haber leído sobre esta curiosidad de las bacterias que viven en las mareas rojas.
Si quieres leer el artículo completo, puedes encontrarlo aquí: High diversity of cultivable heterotrophic bacteria in association with cyanobacterial water blooms
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