Qué atrás quedó, de que poco me acuerdo… pero hay cosas y cosas. Recuerdo las esponjitas, los gusanitos, los caracoles, los artropodistas, los insectólogos (que no es lo mismo que artropodistas), las estrellitas, y las ascidias, que aunque muchos lo piensen no son esponjas. A partir de ahí mi zoología digamos que es un poco difusa…
Quizá lo que mejor recuerdo es lo de los gusanos. También los artrópodos, pero como de gusanos sabía menos, pues es con lo que más me quedé. Recuerdo que para mi cualquier cosa que se arrastrase por el suelo y fuese alargada era un gusano o una serpiente. Después descubrí que no todos los gusanos se arrastraban (cosa que intuía por eso de los ciempiés y milpiés). También descubrí que las sanguijuelas no son tan horribles como las pintan, y hasta acaricié a más de una que se dejó sobar.
Pero lo mejor de lo que conmunmente llamamos gusanos, son esos seres muy inferiores en la escala evolutiva… todos los que son nuestros endoparásitos. Creo que fueron las clasesde zoología más divertidas. Mientras el profesor contaba como puedes coger cualquier bicho y lo difícil que es deshacerte de ellos… y que hasta pueden ir y comerse tu cerebro… pero una de las clases que recuerdo fue la de la tenia. Es un bicho muy mono que me preguntaron en visu. Muchos de mis compañeros la conocían muy bien, y hablaban de diversos remedios para eliminarlas, de esos que les contaban sus abuelas. Una de las historias decía que si no comías, la tenia se iba, porque ya no le eras productivo. Recuerdo discutir con ellos el “ohh… que lista es la tenia”. Hoy me he acordado de todo esto, además de por ser víspera de examen de zoología y tener a una compañera de piso acosándome con dudas de qué es la faringotremia o como se forma la notocorda, por un post de Marauder acerca de otra leyenda urbana sobre la solitaria.
La zoología de segundo de carrera
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Comentarios
3 respuestas a «La zoología de segundo de carrera»
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¡¡Dos enlaces en el mismo post!! ¡¡Estoy abrumado por tanta atención!! Así da gusto escribir.
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Seguro que hay princesas a las que les encantaría tener una tenia tan maja como esa 😛 Yo conocía otra leyenda: usar un palo y un chorizo. Le enseñas el chorizo… y cuando salga a comérselo le atizas con el palo. Igual de efectivo… aunque menos “glamuroso”.
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Tú siempre tan delicada mujer…
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