La tecnología no sirve para nada

En pleno siglo XXI, la gente normal se mueve por el mundo con un GPS. Casi todo el mundo tiene uno en su coche, y todos conocemos esa bocecilla tocacojones de «gire a la derecha a 200 metros, gire a la derecha en 100 metros, gire a la derecha en 50 metros, gire a la derecha, de vuelta y gire a la izquerda, de vuelta». Todos sabemos como funciona un GPS, y pensamos que esto de orientarse por las estrellas ha quedado atrasado ¿no? Pues se ve que no, ya que es lo único que falta. Esta tarde, estudiando FBA (Fundamentos de Biología Aplicada), me veo ante unos apuntes de técnicas oceanográficas en los que tengo que saber usar un sextante y hacer triangulación a mano sobre cartas de navegación. Si es que lo único que falta es lo de mojar el dedo y ver hacia donde sopla el viento… (uy, no, eso nos lo enseñan en el apartado de tablas de marea). ¿Para que sirven los GPS? ¿Y los ordenadores? Para ignorarlos y torturarnos igual con los métodos tradicionales… si eso, al examen con ábaco, no vaya a ser que llevemos algo demasiado moderno para hacer las cuentas…


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