No ganamos para sustos, y es que parece que con el famoso coronavirus SARS-CoV-2 no es suficiente, este 2020 da todavía para más. Ayer, 29 de junio, se publicó en la revista PNAS un artículo sobre una cepa de gripe A presente en los cerdos de algunas granjas en China. El artículo podría haber pasado desapercibido, pero la BBC se hizo eco del tema y rápidamente la noticia se extendió por Twitter y por diferentes medios de comunicación. A esta cepa la han llamado, de una forma muy descriptiva, G4 EA H1N1.
Las cepas de la gripe y sus orígenes
Aunque los virus de la gripe pueden afectar a muchos animales, a los humanos nos preocupan principalmente dos tipos: la aviar y la porcina. En el año 2003, se inició un brote de gripe aviar en China que hizo que todos nos preocupásemos por lo que podría pasar en el resto del mundo, aunque ahora no lo recordemos y en muchos casos incluso se entremezcle con los recuerdos del SARS. Fue lo que en el mundo entero se conoció como la gripe asiática. En el año 2009 cambiamos de bando, era una gripe porcina, aunque pronto la bautizamos como gripe A, así a secas, aunque también se extendió el uso de la hemaglutinina y neuraminidasa, conociéndola el público como H1N1, pandemia que se originó en América. En ambos casos el problema es que los virus se adaptan con mucha facilidad a los humanos.
Además de por el animal al que infectan, las cepas de gripe se clasifican por sus características y, aunque en nuestra memoria está grabada a fuego la gripe A (de 2009), las vacunas actuales también incluyen cepas de tipo B. La gripe del año 2009 no fue la primera gripe A. En sí, durante el siglo XX hemos sufrido varias pandemias de gripe, y la inmensa mayoría de gripe tipo A, como por ejemplo, la mal llamada gripe española de 1918.
El descubrimiento del nuevo virus
Los investigadores analizaron diferentes muestras nasales de cerdos recogidas entre los años 2011 y 2018 en granjas de varias provincias en China. Aunque localizaron varias cepas diferentes, una de ellas predominaba sobre el resto, una nueva cepa EA H1N1, con un origen similar al de la aviar europea pero con características de la americana, fruto de recombinaciones y mutaciones.
Curiosamente, aunque la gripe A (H1N1) del año 2009 era una gripe porcina, los cerdos analizados habían perdido prácticamente esta cepa, que se conoce como pdm/09 y es la que incluyen nuestras vacunas desde entonces. Además, aunque existían varias cepas en las muestras, a partir del año 2013 existe una mayor prevalencia de una variante concreta, que además parece estar diversificándose dada su gran diferenciación genética. Esta cepa es la que agruparon como G4 y que pese a parecerse más a la americana, tiene una proteína de la matriz (gen M) más parecido a la pdm/09.
En análisis in vitro los investigadores observaron que la capacidad de unión a las células es similar a la de la gripe A H1N1 del año 2009 y que también se puede replicar en las células del epitelio respiratorio de una forma similar. Esto convierte esta cepa en un potencial peligro, ya que todos recordamos lo rápido que avanzaban las infecciones con la gripe A.
El modelo animal
Para poder validar sus resultados más allá de los datos que obtuvieron in vitro, trasladaron su modelo a hurones. El hurón es un modelo animal común ya que se infecta con la gripe de una forma similar a los humanos y presenta sintomatología similar. Al infectar hurones, observaron que el virus tiene una alta capacidad para replicarse y que muestra una alta patogenicidad. Los síntomas fueron similares a los que cabría esperar de una gripe: fiebre, tos, estornudos…

Ausencia de protección
Mucho se ha hablado recientemente de la reactividad cruzada, o de una forma más común, de la inmunidad cruzada. En algunas situaciones, cuando presentamos anticuerpos frente a un virus, nos protegen parcialmente si nos infectamos con un virus similar. Lamentablemente, en este caso no ocurre así. Incluso en suero que presentaba anticuerpos contra la gripe A, no podían unirse a esta nueva cepa, por lo que no existe inmunidad cruzada. Para estas pruebas se utilizó suero humano, procedente de niños que habían sido vacunados.
Seroprevalencia: ¿se han infectado ya humanos?
Sí, se han infectado. Al buscar anticuerpos en los trabajadores de las granjas de cerdos, se encontró que un 10.4% presentaban anticuerpos, por lo que habían entrado en contacto con el virus. Además, un 4.4% de la población del entorno también tenía anticuerpos. Un detalle preocupante: los más afectados se encontraban en el rango de edad entre 18-35 años. Históricamente, sabemos que las cepas de gripe que afectan a los jóvenes son más peligrosas.
¿Debemos tener miedo?
Aunque se haya publicado ahora, recordemos que el estudio se hizo con muestras de la última década. El artículo se envió en el mes de diciembre. No se trata de un virus que haya surgido ayer. Además, otros investigadores ya han informado de resultados similares, y se tiene constancia de la existencia de cinco pacientes contagiados con virus de este tipo.
Por ahora no se ha comunicado ningún caso de contagio humano-humano, pero si el virus mutase como para que eso ocurriese, podría desencadenar una pandemia. Aunque una mutación aleatoria de ese tipo no es común, si una persona se infecta simultáneamente con una gripe adaptada a humanos y con ésta, podrían recombinar. Esto también podría ocurrir en cerdos, ya que los cerdos son la principal fuente de recombinación para virus de la gripe. Por eso es necesario vigilar esta clase de virus que, aunque normalmente no salgan en las noticias, se descubren frecuentemente. En cualquier caso, deberíamos estar preparados para la próxima pandemia.
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