La ontogenia recapitula la filogenia… o no

Durante la vuelta de mis vacaciones, en un cambio de emisora de radio, escuché un fragmento de una entrevista en la que un señor explicaba que la ontogenia recapitula la filogenia. No puedo especificar quién era, ya que en el fragmento que escuché no se decía su nombre. Tampoco es que importe, ya que es una idea que se repite mucho y que yo misma escuché decenas de veces en la facultad. La diferencia es que en la facultad se me solía matizar, y no sé si el señor que lo contaba en la radio matizó lo suficiente. Por ello supongo que no está mal repasar, a grandes rasgos, la teoría de la recapitulación.

La ontogenia y los bebés de 3 semanas

La ontogenia es la rama de la biología que estudia el desarrollo de los organismos. La morfogénesis. El cambio durante nuestra vida desde la fecundación. Actualmente, solemos referirnos a la biología del desarrollo como la rama de la biología que se centra en la ontogenia.

Aunque en nuestra vida adulta ocurren cambios, creo que no podemos negar que la mayor parte ocurren entre la fecundación y el nacimiento. Nueve meses muy intensos. Y en esos nueve meses nuestro ser cambia muchísimo, pasando por diversass fases del desarrollo.

No es algo que hayamos descubierto ayer. El desarrollo embrionario se estudia desde hace siglos, y desde hace muchísimos años somos conscientes del aspecto de embriones y fetos de diferentes animales en sus diferentes fases. Así, empezó a ser evidente que los embriones de diferentes animales se parecían en diferentes etapas del desarrollo. También era evidente que a las 3 semanas de embarazo, lo que había en la tripa de una humana no se parecía en nada a un bebé recién nacido. En sí, se diferenciaba más bien poco de un embrión de pollo, por mucho que algunos sigan insistiendo. A las 3 semanas no teníamos ni manos formadas, ni ojos, ni mucho menos pestañeábamos. Que he visto cosas por ahí que son auténticas obras maestras de la ciencia ficción.

La filogenia y la recapitulación

La filogenia, en cambio, estudia las relaciones entre diferentes especies. Así a grandes rasgos y generalizando mucho. En términos más corrientes, podríamos decir que estudia cómo se separan las ramas del árbol de la vida, y establece las conexiones entre ellas. Es una parte de la biología evolutiva.

Si ponemos las dos ramas en conjunto, la biología del desarrollo y la evolutiva, podemos ver que existen ciertos parecidos. Varios científicos observaron que las primeras fases de la vida de un organismo, son muy similares a las de otros organismos cuyas ramas del árbol se separan antes, como si hubiese una “recapitulación”. Es decir: en el desarrollo de un humano, el embrión se parece a un pez, a un reptil, a un pollo… y solo al final a un humano. De ahí surge la idea de que la ontogenia recapitula la filogenia, o teoría de la recapitulación. Aunque varios llegaron a esa conclusión, se le atribuye a Haeckel, que a partir de 1866 se ocupó de difundirla por los círculos científicos.

No, la ontogenia no recapitula la filogenia

Aunque a simple vista puede resultar muy atractiva la idea… la biología es muy compleja. Ya en tiempos de Haeckel otros científicos consideraban que se equivocaba. Y es que el error es observar en desarrollo desde un punto de vista excesivamente simplista. Ponía antes el ejemplo del pollo, y efectivamente, en una fase concreta de su desarrollo, un pollo y un humano son muy parecidos a simple vista. Pero es solo a simple vista, y el desarrollo hasta ese momento no es exactamente igual.

En nuestro desarrollo no vamos acumulando fases que después recapitulamos. La realidad es ligeramente diferente. Lo que ocurre es que compartimos muchas características con otros seres vivos, y por ello tenemos estructuras que son similares. Nuestras células no se diferencian de las de otros animales, nuestro corazón se parece tanto al de los cerdos que sus válvulas han salvado vidas humanas. Por ello, en las primeras etapas de nuestra diferenciación como seres vivos, compartimos características. Al igual que la filogenia no es una línea recta de las arqueas al Homo sapiens y hablamos de un árbol con muchas ramificaciones, el desarrollo no es una simple acumulación de pasos recapitulados.

Imagen de un feto humano en una fase del desarrollo en la que es imposible saber de qué animal es
No me digáis que es evidente que es un humano, porque no lo es (Imagen de Weslley Carvalho de Souza Weslleycs97 )

¿Entonces no recapitula nada?

Hasta cierto punto, podemos decir que la ontogenia y la filogenia tienen sus parecidos, pero tenemos que aclarar los matices. Esa similitud ya no se analiza desde la teoría de la recapitulación de Haeckel, así que no podemos decir que un embrión humano pasa por la fase pez o la fase pollo. Es un embrión humano y punto. Pero sí podemos decir que ambos comparten fases del desarrollo, igual que comparten funciones en su vida adulta.

Esas relaciones, en la actualidad, se estudian desde una rama de la biología que abarca ambos aspectos: la biología evolutiva del desarrollo. Muy interesante y muy compleja, ya que toca muchos temas diferentes que tradicionalmente se consideran otras disciplinas. Pero es que no es tan fácil separar, y al final todas las ramas se tocan y se mezclan. Ahora, la perspectiva se centra más en la homología, en la similitud en los procesos de desarrollo.

Ya veis que se trata de un pequeño matiz en esa recapitulación. Y es que a veces nuestras cabezas todavía insisten demasiado en creer que los seres humanos somos la cumbre de la evolución, y que el resto de especies son seres inferiores. Por eso parece natural pensar que las recapitulamos en nuestro desarrollo. Si recordásemos más a menudo que somos un bicho más en este planeta, quizá la vida nos iría mejor.

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