Podría estar en otro lugar en estos momentos intentando convencer a una niña de que estudie una carrera de ciencias, pero no lo voy a hacer. Voy a escribir un post con lo que me está pasando por la cabeza con todo lo que he visto en los últimos días, y de entrada ya sé que no va a gustar, pero es lo que pienso.
¿Hay machismo en la ciencia? Sí, un montón. En algunas ramas es peor que en otras, pero está ahí. El problema es que desde hace unos años parece que lo que tenemos que hacer es animar a las niñas a que estudien una carrera de ciencias. Pues a ver, yo estudié una de esas, y el futuro es una mierda, seas mujer o no. Si eres mujer, eso sí, es más mierda. Parece que las animamos a que se dirijan a un futuro de mierda, y casi que mejor no.
Quizá antes de intentar convencer a esas niñas de que estudien algo, tendríamos que resolver los problemas que tenemos más arriba. La mayor parte de las matrículas de muchas carreras de ciencias son de mujeres, pero su presencia decae según se van dando de bruces con ese techo de cristal. Que está ahí, y antes o después te lo comes.
¿Tenemos que reservar plazas para mujeres? Quizá, si esa es la única forma. Pero el problema es que incluso aunque se reserven plazas para mujeres quizá no se llenen, igual que no se llenan las plazas para discapacitados o no se llenarían las plazas para negros, latinos, o inmigrantes. Porque diferentes grupos tienen diferentes problemas y para poder optar a esa plaza reservada, hay que llegar ahí. Y antes de que alguien se me enfade por mi vocabulario, considero que si hay que tomar medidas deberíamos empezar por mezclar un poquito más los colores de piel en algunas empresas, porque el racismo se huele a kilómetros y muy pocas representan remotamente la sociedad que las rodea. Y el racismo no está en las palabras, está en cómo se usan. Igual que el machismo. Hace unos días un famoso futbolista español decía en la tele que lo ofensivo no es llamar a alguien negro, es cómo se diga. Como mujer, a mi no me ofende que se use el plural “todos” incluyéndome, lo que me ofende es que la que se pasa la vida escribiendo todxs, ponga en su CV que es científico, porque se ve que poner que es científica cuesta, y claro, el papelito pone científico. Pero igual que yo tengo un papelito que antes decía siempre “Doctor” y ahora dice a veces “Doctora”, pues otros papelitos también hay que actualizarlos por la fuerza.
El colectivo que sea, que está infrarepresentado, no necesita esas reservas de las que hablaba. Yo no necesito que me den una plaza por ser mujer. En sí, me cabrea bastante que se me sugiera siquiera la posibilidad de que se me llama a algo por cubrir un cupo. Lo que tenemos que hacer es que las mujeres (o cualquier otro colectivo, pero hoy hablaba de mujeres) no vayan tropezando con problemas cada dos días y acaben renunciando a la carrera que sea.
Yo he renunciado principalmente por otras cosas, pero no voy a negar que el colectivo al que pertenezco me ha puesto las cosas más difíciles. ¿Queréis ejemplos? Los hay a patadas. Porque a los hombres no se les suele juzgar la ropa que llevan o no llevan, o si tienen un kilo de más o de menos. Tampoco se les suele decir que se ignora el cabreo que tienen porque “serán las hormonas”. Ni se les pregunta, en medio de una conversación sobre el futuro en la empresa, por sus planes de futuro familiares. A los hombres no se les juzga en función de su edad valorando si van a procrear o no. A los hombres no se les asignan tareas por ser más “sensibles”. Y podría seguir hasta el infinito con todo tipo de ejemplos de cosas que yo creía que en el siglo XXI jamás ocurrirían pero han ocurrido. Si a eso le sumamos los numerosos comentarios a mi color de piel (nunca adecuado) y a mi comportamiento (que no cumple los estereotipos de mi nacionalidad, parece ser) sufridos durante los últimos años… pues sí, cabrea todo mucho.
Por eso creo que primero tenemos que permitir que las mujeres que ya están, que ya estamos, dentro de la ciencia, podamos abrirnos camino sin que seamos juzgadas siempre primero como mujeres. A ver, que cuando estoy divulgando se me juzga por mi aspecto si se me ve, si no por mi voz, y es habitual que se busque mi imagen para poder “valorar”. ¿Valorar qué? ¿Mi cara te va a decir si soy mejor o peor divulgadora? Vamos, no me jodáis… y eso no ha sido uno o dos. Y no me refiero a quien dice que tengo una voz que transmite X o Y, me refiero al que dice que Z “para ser mujer”.
Y dicho sea de paso, antes me refería a una actitud machista en una mujer al no llamarse científica, y la verdad es que hay muchas mujeres que perpetúan costumbres machistas. Pero además, hay mujeres que son malas personas, porque ser mujer no te hace ser una hermanita de la caridad. Además, recordemos que en ciencia las que han llegado alto se han chocado con muchas capas de ese techo de cristal, así que ahí te encuentras de todo. Algunas de las científicas que se suelen nombrar como referentes para las niñas eran muy machistas, algunas trataban fatal a los estudiantes de su laboratorio. Algunas se han aprovechado de los resultados de los estudiantes para llevarse premios, premios a “mujer que ha hecho X”. Y de otras se ha dicho que se les han robado resultados que ni siquiera habían obtenido ellas, pero por ser mujer. Sí, todo eso que esperaríamos de los hombres también lo pueden hacer las mujeres. También hay científicas que son o fueron bellísimas personas, preocupadas por su gente, por la ciencia y unas grandes luchadoras que merecen todo mi respeto. Pero entre las mujeres hay de todo, así que no idealicemos a ninguna “por ser mujer” sin saber cómo se comportaba. Que lo de usar a Tatcher como modelo es cosa del pasado, y bien que ha quedado olvidado.
Tenemos que dejar que cada una siga su camino y ponérselo fácil. Ponérselo fácil es que los permisos de maternidad y paternidad sean iguales y tengan que cumplirse en igualdad. Ponérselo fácil es facilitar la conciliación en igualdad. Ponérselo fácil es que a un padre le permitan ir a recoger a la descendencia al cole modificando su horario, y que no tenga que hacerlo siempre la madre. Ponérselo fácil es no decir que ayudas en casa, es que las tareas se reparten a partes iguales. Ponérselo fácil es que no tengamos que ir preocupadas por la vida y teniendo que buscar gimnasios “para mujeres” porque los “normales” están llenos de seres que parecen cromagnones. Y que me perdonen nuestros antepasados por el comentario.
Cuando no tengamos esos problemas solucionados, entonces quizá podremos centrarnos en que todas las niñas estudien lo que quieran. Si no hay más niñas en una carrera no pasa mucho. Hay otras carreras en las que casi no hay niños. Lo importante es que estén ahí las que quieran estar ahí, y que nadie les haya dicho que no pueden estudiar eso por ser niñas. O por haber nacido niñas, porque ya de paso cada persona que se sienta como quiera.
Quizá si solucionásemos esos problemas, si ser XX o XY diese un poco más igual en nuestra vida, entonces se nos acabarían muchos otros problemas. Y dejaríamos de dudar si poner todos, todas, todes, o cualquier otra palabra que un lector no sepa decir. Porque por mi cada uno que se sienta como le de la gana, y cada uno que estudie lo que le de la gana, sea uno, una o une, y el resto no tenemos que ponérselo difícil.
Dicho todo eso, si es algún lugar del mundo hay una niña que tenga una duda remota y piense que quizá no puede estudiar lo que quiere por ser mujer, me teletransporto si hace falta para decirle que está equivocada. Pero le diré también que el estado de la ciencia hace que no vaya a ser un camino de rosas, sea mujer o no, y le diré que va a tropezar muchas veces, porque aunque lo vayamos rompiendo, el techo de cristal tiene muchas capas, y en paralelo tenemos el problema del estado de la ciencia, que ya criticaré otro día.
Ahora lo que nos queda es ser referentes para quien viene detrás, para que sepan que no es imposible, y ayudar a las nuevas generaciones poniéndoles el camino más fácil, para que no tengan los mismos problemas que tenemos ahora. Independientemente de tus cromosomas, del color de tu piel, de tu género, de tus gustos, de tu clase social, de cómo te sientas respecto a lo que sea… debes poder hacer lo que quieras con tu vida, aunque hoy estemos hablando sólo de niñas y de ciencia.
Así que acabo el rollo, en el que hoy no os voy a pedir que me invitéis a cafés, porque con que penséis en el tema me llega. Quiero que penséis si le decís a las peques que “estudiar ciencia está bien” pero las miráis mal si tienen una conducta demasiado masculina. Que penséis si estáis decidiendo vosotros por ellas qué juguetes tienen, para un lado o para el otro, porque deberían tener libertad para elegir. Quizá os pidan muñecas y acaben lanzando otras al espacio, así que nada de juzgar. Y si quieren estudiar una carrera “típica de mujeres”, pues genial. Creo que nos hemos dado cuenta de que las enfermeras son muy importantes. Y si no quieren estudiar una carrera, pues también, porque el techo estará roto cuando tengamos carpinteras, fontaneras, mecánicas, electricistas, físicas, ingenieras… y a nadie le llame la atención. Y pese a que insistimos mucho en las últimas, en las primeras hay mucha ciencia y se nos olvidan. Si quieren hacer ciclos, sean típicamente femeninos o no, pues genial. Aseguremos un mundo más igualitario, para que siempre tengamos oportunidades. El día que tengamos una astronauta trans, negra y de familia pobre (selección basada en los temas que más se discuten esta semana)… y lo único que destaquemos es que es una persona que va al espacio, habremos dado un gran paso en la igualdad.
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