Parece mentira que a estas alturas de la vida haya que aclarar que las vacunas no llevan luciferina y que mucho menos es una molécula “del demonio”. Aunque bueno, alguna conexión con el demonio tener tiene. Ahora os voy a explicar. Pero como ya me han preguntado muchas veces, voy a aclarar qué es eso de la luciferina, la luciferasa, de dónde salen y qué tienen que ver con las vacunas. Y ya de paso, aprovechando, vamos a ver en qué más cosas se encuentra y si alguna tiene peligro.
La luciferina y la luciferasa
La luciferina es cualquier compuesto que puede generar bioluminiscencia. Dependiendo del compuesto, esa bioluminiscencia puede tener colores diferentes, y el término luciferina no se refiere a una única molécula. Es cualquiera que pueda hacerlo. Si especificamos que es la luciferina de X entonces sí, porque cada organismo tiene una luciferina concreta.
La luciferasa es la enzima que oxida a la luciferina para que pueda generar esa bioluminiscencia. Vamos, es el interruptor para que haya colorines o no. De nuevo, hay diferentes tipos de luciferasas, y dependen principalmente de la luciferina a la que se vayan a unir. Por eso siempre hay que especificar el organismo.
La luz del demonio
En nuestra historia hemos creado historias muy chungas, y la de Lucifer ha quedado con algunos flecos mal atados. La luciferasa y la luciferina reciben su nombre de Lucifer, o al menos del mismo origen que Lucifer. El caso es que el lucifer del que reciben el nombre no es del demonio, es del latín lucifer, que quiere decir algo así como dador de luz. Por qué se llama dador de luz al demonio ya da para otro post menos científico, pero vamos… que la luciferasa no es una enzima del demonio, es más bien una enzima que da luz… que suena mucho más bonito.
¿Hay luciferasa o luciferina en las vacunas?
En las que nos han inyectado no, pero sí se ha utilizado en algunos casos en los estudios preclínicos, y de ahí lo han sacado los que dicen que nos la inyectan (que os aseguro que no). Cuando se hacen ensayos en animales, en muchos casos se usan reacciones como la de la luciferasa o proteínas que son fosforitas para poder “seguir” lo que estamos analizando. En el caso de una vacuna, si se inyectaba en ratones humanizados, gracias a la luminiscencia se podía analizar la distribución por el cuerpo de los ratones. Pero eso se hace en fases preclínicas. Ni en ensayos ni cuando se inyecta a la población general. En cualquier caso, muchas de estas moléculas habrían sido inofensivas.
Si no me creéis la comprobación es sencilla. ¿Brillan los vacunados en la oscuridad? No, ¿verdad? Pues entonces no tienen luciferasa.
¿Qué organismos tienen luciferina y luciferasa?
El primer animal en el que esto se estudió en detalle, y juraría que sigue siendo en el que más se estudia, es en la luciérnaga. Todos sabemos que el culo de las luciérnagas brilla en la oscuridad, pero hasta hace relativamente poco no se sabía por qué. Pues eso: luciferina y luciferasa. Aunque es de los casos más estudiados, también es de los más complejos, por eso cuando se quiere usar en un laboratorio se suele recurrir a la de otros seres vivos.
Otro de los organismos que genera bioluminiscencia es la Renilla, que he tenido que buscar a ver cómo se llamaba comúnmente y parece ser que es un “pensamiento de mar”. Yo lo describiría más bien como baba con pinta asquerosa que genera un moco todavía más asqueroso y que además brilla si molestas, por lo que da todavía más chungo. Por otra parte, entre los bichos marinos, tenemos también a algunas medusas, que son bonitas y brillan bonito, nada que ver con el asco de la Renilla.

La bioluminiscencia que sí hace daño
En tierra tenemos a la seta de olivo. Es una seta que se parece mucho a las cantarelas, pero que no debemos confundir, porque es tóxica (aunque no mortal). La cantarela no brilla, pero la seta de olivo tiene un color verdecillo brillante en la oscuridad si se mira debajo de su sombrero. Y no es por eso por lo que se llama “de olivo”… es que crece hacia el final del verano en zonas con olivos, aunque también en zonas con robles y castaños. Si se les echa amoníaco también se ponen verdes, por lo que no hay que esperar a que se haga de noche.
Además, también son bioluminiscentes algunos bichos pequeñillos y algunas bacterias. Por destacar un último grupo de organismos, yo destacaría los dinoflagelados, que provocan mareas (rojas) y que en algunos casos tienen suficiente bioluminiscencia como para poder ver esos reflejos en el mar por la noche. Algo que parece muy bonito, pero que a la vez es señal de que algo malo pasa en el agua.
Así pues, ahí queda que lo peligroso es comer setas que se encuentran por ahí, y no vacunarse. Y es bueno preguntarse cosas, pero antes de creer en teorías extrañas, hay que buscar qué es lo que realmente se hizo.
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