La llegada del verano

Llega el verano. Al menos esta semana en Santiago parece que ha llegado para quedarse.

Empieza esa época del año en la que yo saco las minifaldas del armario, y enseño al mundo mis piernas transparentes, y mis brazos, y mi espalda llena de lunares que todo el mundo dice que “eso deberías ir al médico a que te lo miren”.

Pero si una cosa tengo clara, es que no me voy a poner una minifalda con tacones para ir a trabajar. No puedo, va en contra de mis principios. Y no porque no me muera de calor en el labo, o porque me preocupe lo que opine de mis piernas mi jefe… no, se trata de que no son formas. No es cómodo, no es correcto. Y no es que sea una conservadora… pero hay cosas y cosas.

¿Y a qué viene esto?

Ayer, mi vista se giró hacia el pasillo para ver a una señora que da clase en mi facultad, pasar con uno de esos microvestidos que vende ahora BSK. Era blanco con florecitas y transparentaba mucho. Tanto, que casi podría deciros la marca del tanga que llevaba la mujer… La imagen era de lo más grotesca, y lo peor era que la señora me recuerda muchísimo a mi madre… además de ser del mismo pueblo de origen (¿a ver si el problema va a ser el pueblo?).

Y la cosa no se quedaba ahí… es que la señora tenía turno de revisión de exámenes, así que paseó el modelito delante de todos sus alumnos. No sólo me daba náuseas a mi, se las provocaba a media facultad… pobrecillos, además de suspender bioquímica, tener que ver eso…

Por otra parte claro, yo iba a quejarme de las alumnas. Mi objetivo eran esas chicas que, con 20 años, o 30, o los que tengan, se pasean en microfalda y superescote a las revisiones de examen. Esas chicas que se paran en la puerta de mi laboratorio, tirando del microvestido hacia abajo, o asegurándose de que sólo se vea “un poco” del sujetador con esa camisa-vestido medio desabrochada, y me preguntan si está zutanito, que vienen a la revisión. ¿Revisión de qué? Un día os juro que se lo voy a preguntar a alguna… porque no son formas. Porque hará mucho calor, y lo que quieras, pero si vas vestida así, no puedes esperar que te tomen en serio. Sí, le alegrarás mucho la vista al profesor en cuestión, pero de poco te va a servir llorar por dos décimas… porque no das buena imagen. Porque si para mi no es cómodo poner a funcionar un fplc de tacones, tú no puedes sentarte en el despacho del profesor en cuestión enseñando el ombligo (desde arriba) y tu supermorenazo integral, mientras le dices que has estado encerrada un mes estudiando bioquímica, que lo de no sabes la estructura básica de un aminoácido ha sido un lapsus…

Así que sí, los microvestidos son para el verano, el cuerpo es para lucirlo, y a quien no le guste que no mire… pero ni son para ir a trabajar (cuando trabajas en una universidad) ni son para ir a una revisión de examen… que luego nos quejamos de que a las mujeres nos tratan mal!!!


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