La cepa que sí debería preocuparnos es de ébola

En un estudio reciente se ha observado algo que debería preocuparnos mucho: una cepa de ébola que no afecta a humanos sí afecta a cerdos y eso puede ser un problema grave en el futuro. Como sabemos por otros virus, aquellos que consiguen infectar ganado porcino están muy cerca de dar el salto a los humanos. Vamos a empezar con un poco de historia para poner esta cepa en contexto, que no es nueva, pero sí poco conocida.

El origen del virus ébola

La primera vez que se identificó un caso de ébola fue en 1976, aunque es posible que el virus ya estuviese circulando previamente pero no se hubiese identificado. Pese a que sea posible, se asume que es poco probable y que la primera infección en humanos sí ocurrió en ese momento dado que sería muy extraño que una enfermedad de este tipo pasase desapercibida.

El ébola es una zoonosis, una enfermedad que se origina en animales, aunque el contagio también se produce entre humanos. Pese a que hay varios reservorios posibles, el principal reservorio vigilado son los murciélagos. Eso sí, en muchos casos los contagios ocurren con un portador intermediario, en general un primate. Los grandes simios pueden portar y sufrir la enfermedad y sobre todo en los primeros casos se sabe que en muchos se había estado en contacto con simios muertos en las fechas del contagio.

El primer caso reportado, ese de 1976, ocurrió en un profesor en Yambuku, en aquel momento en Zaire, ahora en la República Democrática del Congo. Esa cepa del ébola se conoce todavía como Zaire. Sus primeros síntomas fueron diagnosticados como malaria pero pasada una semana era evidente que aquello no era malaria. Moría a las dos semanas, tras sangrar por todo su cuerpo. Pese a que eso hace que todos tengamos en la actualidad la idea de que de ébola se muere desangrado y de forma muy vistosa, la mayor parte de casos de ébola no son así y el sangrado suele ser interno.

Transmisión del ébola: el miedo al contagio

Decía antes que el ébola es una zoonosis y uno se puede contagiar si entra en contacto con animales portadores o enfermos. Así es como suelen empezar los brotes, pero después se extienden por el contagio entre humanos.

La transmisión se produce por contacto con fluidos corporales, que es donde se acumula el virus. Así podemos contagiarnos si entramos en contacto con sangre, orina, semen, heces… es decir, lo importante es no tocar a la persona contagiada. Y aunque podríamos decir que en tiempos pandémicos hablar de no tocar a alguien no es tan complicado, la verdad es que las cosas no son tan sencillas. En las regiones en las que se han dado brotes, el primer problema es convencer a la población de lo que está pasando, a continuación aislar a los enfermos y por último alejar a los familiares de los muertos.

Un número excesivamente alto de contagios ocurrieron asociados a procesos de embalsamamiento o diferentes rituales de despedida de este mundo. Sobre todo en los últimos años, estos contagios sí se han reducido mucho. Pero todavía nos quedan otros problemas, porque lo que no podemos esperar es que alguien deje morir a su familiar y van a querer cuidarlo. Durante el cuidado de los enfermos es cuando se producen la mayor parte de los contagios en la actualidad, como el contagio que ocurrió en su momento en España al que volveremos después.

Los síntomas del ébola

Todos hemos escuchado eso de que si un contagiado de ébola se sube a un vuelo trasatlántico, todos los pasajeros se habrán desangrado antes de llegar a destino. Haya calma, porque eso no es así. El ébola es contagioso, pero los síntomas hacen que los enfermos tiendan a no salir de su casa, por lo que normalmente sólo se contagian sus familiares y sanitarios. Si el ébola se contagiase en fase asintomática tendríamos un problema mucho más grande. En cualquier caso, no es tan contagioso como otras enfermedades. Para ponernos en contexto… el SARS-CoV-2 se transmite unas 3 veces más rápido que el ébola, según los cálculos actuales.

Cuando alguien se contagia los síntomas iniciales son “como una gripe”, pero una gripe de las que te dejan en la cama destrozado con dolor muscular y fiebre. A partir de ahí, avanza con síntomas similares a los de otras fiebres tropicales y por eso se tiende a confundir con malaria o incluso con dengue durante esos primeros días. Pasada la primera semana, igual que en aquel caso de 1974, empieza el sangrado. Recordemos que el ébola es una fiebre hemorrágica. El sangrado es interno aunque puede mostrarse externamente al vomitar sangre, por mostrar sangre en heces o por formarse hematomas.

En los primeros años entre el 50 y el 90% de los infectados morían. En la actualidad, la utilización de diferentes medicamentos antivirales o anticuerpos ha hecho descender la mortalidad, aunque diferentes cepas podrían responder de forma diferente al tratamiento. Además, en estos momentos tenemos una vacuna, cosa que no se tenía en el gran brote de 2014.

Las diferentes cepas del ébola

La cepa más extendida entre humanos ha sido la cepa de ébola Zaire. Fue la primera identificada en 1974 y la que provocó el brote de ébola de 2014, que se convirtió en una emergencia sanitaria internacional. Como todos recordaréis, en aquel momento se repatriaron a sus respectivos países aquellos cooperantes que se contagiaron, incluyendo varios casos a España, y a partir de uno de ellos en España ocurrió el primer contagio de la cepa Zaire fuera de África. Ese brote comenzó en Guinea-Conakry y se extendió por Sierra Leona, Liberia y Nigeria.

La cepa de ébola Sudán se identificó también en 1976, y provocó muchos menos casos. No se conoce su origen, pero el primero brote ocurrió en una fábrica de algodón. Hubo más brotes en las últimas décadas y casi todos ocurrieron en Sudán, por lo que se asume que allí se encuentra el reservorio desconocido.

La cepa de ébola Reston se identificó por primera vez en Reston (Virginia, EEUU) en unos primates que habían sido llevados desde Filipinas. Aunque esta cepa es mortal para los macacos, en ningún momento afectó a humanos en los distintos brotes identificados, siempre ligados a los primates filipinos. Hace unos años se empezaron a encontrar casos de humanos con anticuerpos pese a que en ningún momento habían pasado la enfermedad, y también casos en una granja de cerdos en 2009, de nuevo… en Filipinas.

Además, tenemos la cepa de ébola Tai-Forest que por lo que sabemos afecta a primates y puede transmitirse a humanos, pero sólo conocemos un caso (y se recuperó) y la cepa de ébola Bundibugyo identificada en Uganda, que se identificó en 2007 y sí afecta a humanos.

Representación imaginativa del ébola

Infecciones de ébola fuera de África

En el año 2014, por primera vez, diferentes países repatriaron enfermos de ébola. Era el primer gran brote de la historia y en unos meses hubo muchos más casos en en los años anteriores. En ese brote se contagiaron más de 10.000 personas y de ellas más de la mitad fallecieron. Las repatriaciones siguieron un patrón equivalente, pero además se dieron los primeros casos fuera de África.

El 19 de septiembre de aquel año 2014, el primer caso de ébola salía de Liberia, aunque no se sabía que eso estaba ocurriendo. Pasados unos días empezaron los síntomas y el paciente no consiguió vencer a la enfermedad. En España el virus entró con una repatriación, y una enfermera se contagió. Aunque los repatriados no tuvieron suerte, la enfermera sí. Mientras en España todos seguíamos la suerte de Teresa (porque sí, ahí la suerte juega un papel importante), en Estados Unidos estaba ocurriendo lo mismo: varias enfermeras se habían contagiado de aquel primer paso. En el resto de países que repatriaron personas durante el brote no se reportaron contagios.

¿Qué habría ocurrido si se hubiesen producido un par de contagios más? Es evidente que pese al cuidado extremo durante esos días, pese a todos los protocolos de seguridad, existe la posibilidad de contagio. Si hubiese algún contagio más, quizá no se habría quedado en 10.000 casos en África y un par aislados.

El ébola después de 2014 y en el futuro

Aunque casi no se ha hablado de ello desde entonces, el brote de 2014 no fue el último. Entre 2018 y 2020 otro gran brote de ébola debería haber llamado nuestra atención. Fue el segundo más importante después del de 2014. Se le conoce como brote de Kivu, ya que surgió en esa provincia de la República Democrática del Congo. El brote se die por finalizado el 25 de junio de 2020, pero como el mundo tenía los ojos en el coronavirus, la noticia no duró ni 24 horas y nadie le prestó la atención que debería.

Hace muy poco, se ha controlado otro brote. Había comenzado en junio y se dio por finalizado a finales de noviembre. Esta vez en la provincia de Ecuador (Équateur) en el mismo país. Sin duda, si analizamos todos los brotes recientes podemos llegar a la conclusión de que poco a poco los brotes son cada vez más frecuentes. ¿Qué ocurrirá en el futuro? Desde luego, en estos momentos no estamos preparados para prestar atención a otro virus en Europa, y nos estamos despreocupando demasiado de lo que pueda estar ocurriendo en África.

Sabemos de sobra que no se hacen todas las pruebas de coronavirus que deberían hacerse en algunos países africanos. ¿Qué pasaría si hubiese otro gran brote de ébola? Pero es que ese no es el único problema, porque estamos pensando sólo en la cepa Zaire y quizá tengamos otra preparándose para darnos el siguiente gran susto.

La cepa Reston de ébola

Aquí llegamos al artículo reciente que debería preocuparnos. Aunque previamente ya se había apuntado a que los cerdos se podían infectar con Reston, en un estudio reciente han demostrado que esto sí es posible y que además los cerdos pueden mostrar síntomas. Teniendo en cuenta nuestra similitud, aunque en estos momentos ningún humano haya mostrado síntomas, existe un riesgo de que esto cambie. Además, se puede producir un salto de especie y pueda empezar a contagiarse entre humanos.

Por supuesto, no es lo mismo tener algunos primates en Filipinas con un virus que se transmite a otros animales similares que tener un virus que puede infectar a todos los cerdos de una granja en cualquier parte del mundo. Teniendo en cuenta que los cerdos muestran síntomas, esto es como mínimo un gran problema económico. ¿Será un gran problema sanitario?

Sin duda, aunque ahora la mayor parte de los ojos estén centrados en el coronavirus, no deberíamos olvidarnos del resto de virus. Nuestra siguiente amenaza está ya ahi fuera… ahora sólo tenemos que identificarla y estudiarla para evitar otra gran pandemia.

Si te ha gustado este artículo y te ha parecido útil, te animo a que lo compartas. Además, para que yo pueda seguir escribiendo de forma independiente, te animo a que apoyes mi trabajo de alguna de las formas aquí descritas o que simplemente me invites a un café:


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil