Y es que era el único que faltaba esta tarde.
Hoy hice algo que muchos presupondréis impropio de mi. He asistido a una conferencia de dos colaboradores de los programas de Iker. Trataba sobre la Criptozoología. Si, con mayúsculas. Y fui por iniciativa propia. Y es que para criticar… hay que saber.
No estuvo mal. Hubo poca gente, aunque al final se juntó más de la que yo esperaba… (teniendo en cuenta que estamos en época de exámenes y que no da créditos ni nada).
Primero, el Dr. Óscar Soriano Hernando, Investigador Titular y Vicedirector del Museo Nacional de Ciencias Naturales, nos contó de modo más informal de qué iba el asunto. Este se lo tomaba totalmente a coña. El kraken, el yeti, las sirenas, Nessy, no existen. Es algo que tenemos que tener claro. No hay ejemplares tipo, no se pueden medir, por lo cual no existen. Las sociedades que estudian los animales crípticos pasan de ser un gran fraude a estar en la bancarrota por hacer cosas más científicas, dentro de lo que se puede considerar científico hablando de criptobichos…
Después, D. Fernando González-Iglesias Sitges, Biólogo, Director de Explora Films, habló con un tono ya un poco más serio de los “seres” con aparienia humana con un poco más de detalle: el yeti (con demasiado detalle según mi opinión) y esas historias. También de supuestos “avistamientos” de animales ya extintos (hay que dejar el alcohol….). Este señor se tomaba el asunto bastante más en serio. Con esto no quiero decir que pensase que el yeti existe, que tenía mu claro que no, lo que el hombre pretendía decir es que todas estas leyendas no se fraguan de la nada, con lo cual tiene que haber un origen. Lo que pasa es que sus supuestos orígenes a mi me suenan a un mal viaje tras ingerir sabe dios que planta en la selva africana.
Parece ser que el unicornio realmente es un rinoceronte (a ver quien quiere ahora polvo de cuerno de un bicho gordo y feo), que el yeti viene siendo probablemente un gorila, y que se le dota de características antropomórficas debido a recuerdos de la época en la que convivíamos con, atención a la frase, “neandertales y erectus”. Yo es que lo del erectus no lo sabía, pero oye, yo sólo soy una simple estudiante… Y tampoco encuentro parecido entre el yeti (el supuesto yeti) y un erectus (en el peor de los casos) . Yo más bien diría que el yeti es chewaka, pero yo tengo mucha imaginación, y no fumo cosas raras.
Por otra parte, algo por lo que pasaron por encima ya que no tenía importancia, pero que a mi me llamó la atención. Los calamares gigantes. Resulta que estos dos hombres se conocieron en una expedición para fotografíar a tal bicho (no me extraña que sean raritos). Allí, el Óscar demostró un gran fallo. Mezcló calamares gigantes con pulpos, denominando a todo ello “kraken”. Esto está mal. Muy mal. Os empezaría a contar a todos la genealogía de Cthulhu para que veáis que no es lo mismo (y que con Cthulhu no se mete ni dios), pero voy a coger un ejemplo más sencillo. Todo el mundo (seguro que este hombre también) ha visto las pelis de El señor de los anillos. ¿Recordáis la puerta de Moria? Allí son atacados por un kraken, que zarandea a Frodo un rato. ¿Os parece eso un calamar? Son familiares si… pero a ver qué confundimos. Y es que el calamar gigante existe (y sí, comunmente se le conoce como kraken) pero Cthulhu… digamos que no es una especie descrita según el sistema de Linneo.
También se habló de los dragones, que justificaban con su sumulitud con los cocodrilos o los dragones de Komodo. A lo cual argumentamos que Saphira (la dragona de Eragon) no tiene mucho parecido, e incluso al final un respetado profesor de mi facultad (mejor no lo nombro) preguntó que sería entonces un Teletubbie. Yo más bien preguntaría por los Gremlins, o quizá por Espinete o los Fraggle, que me tienen más confusa.
Hubo muchas más cosas, como razonamientos sobre la población de monstruos en el lago Ness (sí, un grupo de ecólogos lo han hecho), pero no me voy a parar más que tanto pulpo me ha dado hambre…
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