Autor: Douglas Adams
Editorial: Anagrama
Colección: Contraseñas
Páginas: 158
Libro cuarto de la trilogía, pese a poder ser leída en cualquier orden. Una vez más en la Tierra. Sí, pero en la Tierra destruida aquel jueves por la mañana por los vogones, para construir una autopista intergaláctica.
Esta vez, casi todo el libro se desarrollará en la Tierra que nosotros conocemos, con algun que otro pequeño detalle poco importante…. pero ligeramente diferente.
¿Qué se puede hacer volando una noche sobre Londres? (Quien lo sepa, que sepa que yo quiero hacerlo). ¿Qué pasa cuando la Guía se actualiza? Y lo más importante… ¿quien dice eso de…. “Hasta luego, y gracias por el pescado”? Ahora nos encontramos con un nuevo personaje, Fenny. Y por extraño que parezca, hasta es humana (bueno, sólo más o menos).
Y, lo más sorprendente de todo… aparece Marvin!!!! Además, podremos descubrir cual es el Mensaje Final de Dios. Personalmente, yo me lo esperaba. Ya sabía yo que dominarían el mundo, junto con las ovejas, claro está. Ahora no vale preguntarme quien va a dominar el mundo. Si los de Greenpeace lo supieran…
Y hablando de ovejas, sobre ellas va la cita del libro, no podía resistirme, se de alguna que estará gritando “lo sabía, lo sabía, es todo un complot” cuando lo lea….
…le llegó la sensación de ser una oveja asustada por un platillo volante, pero era algo que prácticamente no se distinguía de ser una oveja atemorizada por cualquier cosa, pues tales criaturas aprendían muy poco de su peregrinaje por la vida y se alarmaban al ver el sol por la mañana, asombrándose por la cantidad de verde que había en los campos…
Lamento decirle al señor Dent, que eso es porque el no sabe que las ovejas están conspirando para dominar el mundo junto con ***, mientras está dominado por las ratas de laboratorio, ya que entonces comprendería porqué escapan cada vez que ven un platillo volante. Cosas de la vida, supongo 🙂
Deja una respuesta