Hace unos meses escribí un post sobre GTD, sobre unos primeros pasos para la organización y productividad personal. El caso es que durante un tiempo me lo tomé bastante en serio, pero pasados un par de meses, con el agobio que me rodeaba, la cosa decayó y sólo mantenía algunos de los hábitos que había adquirido.
Pero aquí la cosa ha cambiado… porque, ¿sabéis cual es la frase preferida de mi jefe aquí? “blah blah blah… to get the things done”.
Pero es complicado. Es muy difícil intentar mantenerlo… Intento volver a los orígenes. Una lista. Unos contextos. Un calendario. Una revisión semanal. Una revisión diaria. Pero acabo agobiándome y recordando al señor VR diciendo que tengo que acabar algo para ayer.
Pero me lo he propuesto. Y es que quedan sólo unos días para el 1 de diciembre y, como todos sabemos, los propósitos de año nuevo empiezan en diciembre, porque es cuando tienes que pensarlos, cuando tienes que valorar si los vas a llevar a cabo o no. Y uno de mis propósitos para el próximo año, va a ser que sea un año muy productivo. Pero eso tiene que empezar ahora, porque llevo dos semanas en DC y he trabajado mucho. Han sido muy intensas. Y quiero que las dos semanas que me quedan sean igual de intensas. Quiero tener resultados. Mi jefe aquí (sí, el paranoico con GTD) dice que quiere que vuelva. Pues yo no quiero volver porque me haya quedado a medias por no ser capaz de aprovechar el tiempo. Quiero volver porque el señor haya quedado contento conmigo, volver porque quiere que haga más cosas. Volver porque los resultados de eso los vamos a publicar en una buena revista. Porque no me conformo, quiero más papers. Pero los papers no caen del cielo, y para conseguirlos hay que esforzarse mucho.
Y por eso, aunque ahora sea domingo y sean las 9 de la noche, estoy revisando mi lista en Toodledo, haciendo cosas, marcándolas como hechas y, cuando vea que no puedo hacer ya nada más porque son acciones demasiado largas, planificaré el resto de ellas para la próxima semana o las dejaré para más adelante. Porque tengo una gran lista de cosas, y todas van a tener un due time. Sé que puedo hacerlo, sólo necesito una jeringuilla con cafeína en vena. En estos momentos recuerdo lo mucho que echo de menos a Bok cada lunes… ese compañero inseparable durante la carrera. El único ser que entendía perfectamente cómo era yo… Recuerdo cuando dijo que se iba… el lunes más triste de toda la carrera. Ojalá Bok volviese! Pero menos mal que tenemos otros sustitutos… 🙂
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