Los músculos son la mitad de nuestro peso. En este capítulo de Érase una vez la vida vamos a ver su función. Los músculos están controlados por el sistema nervioso. Los neurotransmisores se ocupan de enviarles las órdenes.
Nuestros músculos necesitan mucho oxígeno para poder quemar el azúcar y obtener energía. Cuando un niño corre, el pulso aumenta mucho, pero los cuerpos jóvenes aguantan mucho! Es necesario acelerar la respiración y movilizar azúcar en el hígado. Si no llega el azúcar, se utilizan grasas, que se transportarán por el torrente sanguíneo con facilidad gracias a la ayuda de las plaquetas. Además, al correr sudamos y generamos calor. Normal, ¡estamos quemando azúcar!
La moralina relacionada con los músculos
Se veía venir… uno de los niños vacila al otro porque está más gordo, y los dos empiezan a hacer ejercicio hasta que el segundo se pone en forma (en unos días, ya nos gustaría). Los niños malos (los que se parecen a los virus) le meten la zancadilla y se cae, así que en el rebote se retan a un partido de baloncesto. Mientras juegan, es necesaria mucha coordinación, pero los músculos responden bien porque está en buena forma.
Pero los malos no se conforman, así que atacan y el daño es mayor, así que el niño queda en la cama un tiempo a recuperarse… y empieza a comer muchísimo de nuevo. En unos días engorda muchísimo (vamos, totalmente realista). El otro le dice que no puede comer todo el día, pero es que comer es más fácil que leer o estudiar para matar el tiempo. Así, toda la energía que no está utilizando, se almacena en grasa.
Por suerte, llega el médico y le dice que no puede ser así, que el corazón y los pulmones van a sufrir, así que se tiene que poner en forma. Pero nada, le dice que coma vegetales y que haga ejercicio y de nuevo en unos días vuelve a estar en forma.
Ojalá en la vida real esto funcionase así, pero todos sabemos que esos procesos llevan mucho tiempo. Me parece fatal transmitir a los niños el mensaje de que con unos días de ejercicio ya se van a poner fuertes… porque por mucho que repitan que hay que ser constante, la imagen que queda es otra.
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