Érase una vez… las vacunas

Las vacunas salvan vidas, eso creo que lo tenemos todos claro. En este capítulo de Érase una vez la vida se destaca el papel de las vacunas en los niños, usando para ello el ejemplo de una de las vacunas que todos tenemos, pero que tenemos que refrescar de vez en cuando.

Las bacterias, en algunas ocasiones, pueden formar esporas. Estas esporas están protegidas y pueden quedarse así durante mucho tiempo esperando al momento ideal para infectar. En el ejemplo que se enseña, esas esporas están en el suelo, a la espera…

Las vacunas en el colegio

Aunque cada vez es menos frecuente, en el pasado que te vacunasen en el colegio no era extraño. En este caso, muestran una campaña de vacunación contra el tétanos. Y también muestran cómo los niños dicen que no duele (recordemos que muuuchos niños siguen teniendo miedo a los pinchazos).

Pero uno de los críos no se la ha puesto, porque estaba enfermo ese día. Pasado un tiempo, mientras hacía los deberes con su amigo, deciden salir fuera y acaban poniéndose a transplantar un rosal (un poco extraño todo). Así, en un arañazo, las bacterias se cuelan en la piel. Las plaquetas arreglan el corte y los macrófagos limpian, pero a partir de ahí nos encontramos dos situaciones distintas.

En el caso del niño vacunado, las esporas se convierten en bacterias que se alimentan y generan deshechos que son toxinas. Los linfocitos identifican esas toxinas, porque como están “vacunados” tienen anticuerpos. Los anticuerpos atacan y fin de la infección.

En el caso del niño no vacunado, no se identifican y las toxinas se expanden. Atacan a los nervios, se pierden señales por el camino porque llegan tarde, y empieza a tener problemas para moverse. En el hospital, con el niño ingresado, advierten que puede ser muy grave. Las defensas del niño no pueden con la infección y necesitan ayuda externa.

El médico inyecta suero anti-tetánico (algo muy común), que incluye anticuerpos específicos que podrán acabar con la infección. Eso sí, dicen nosequé que de los anticuerpos son de un antibiótico… cosa que no he podido entender o descifrar. Los anticuerpos y los antibióticos son cosas completamente distintas.

La moralina, hoy muy importante

Una vez eliminada la infección, se eliminan las toxinas y el niño se recupera. Igual que en este caso, existen vacunas para “docenas” de enfermedades, y hay que ponerse las vacunas. La verdad es que se exagera un poco, dando a entender que hay vacunas para cualquier cosa, cuando realmente ha día de hoy tenemos vacunas eficaces para poco más de dos docenas de enfermedades. Pero desde luego, para las que tenemos vacuna, es imprescindible que todos aquellos expuestos se las pongan. Las vacunas varían en cada país en función de las enfermedades endémicas, aunque algunas las compartimos todos. ¿Habéis revisado si estáis al día?


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