Como parece que hay gente a la que le molan los posts de cotilleo de vez en cuando, voy a hacer un resumen de qué es lo que ha pasado para que en estos momentos yo tenga 4 vacunas y cómo lo estoy viviendo.
Todo empezó en febrero cuando yo me ofrecí voluntaria para el estudio de la vacuna de Curevac. Mi primera dosis fue a mediados de febrero y la segunda en marzo. Pasé por ello sin demasiados problemas más allá de los efectos adversos comunes, y cuando llegó el momento rompí el ciego para saber qué hacer con mi vacuna oficial. Conté mi tercera dosis, la primera de Pfizer, pero no volví por este blog a contar qué había pasado, aunque sí lo conté en otros sitios.
A la cuarta va la vencida
Bueno, realmente no sé cómo de bien o mal ha ido porque no me he hecho ningún test, pero lo que puedo decir es que no me he contagiado hasta el momento. Mi cuarta dosis, segunda de Pfizer, fue la que más problemas me generó, y quizá por ello retrasé lo de hablar del tema.
Aunque tuve que hacer algo de cola y esas cosas, la verdad es que el proceso fue similar a la tercera, y yo me volví a casa con toda la calma del mundo. Esperaba cero efectos, pero según avanzó el día me notaba ligeramente más cansada y febril. Unas decimillas, nada grave. Hasta que llegó la noche.
La noche fue lo que se viene a llamar una noche toledana. La fiebre no subió en exceso, pero empecé a tener náuseas y a lo largo de la noche vomité hasta mi primera papilla. Concretamente, vomité todo lo que intenté beber en el proceso, cosa especialmente molesta y que seguro que alguno ha vivido alguna vez. Por suerte, llegada la mañana se me pasó todo. El día lo pasé bastante destrozada, pero más por la falta de sueño que por otras razones.
Mi vida desde la cuarta dosis
Pese a que a mis ojos fuese una reacción más potente, no se sale de lo normal, y tengo que aclarar que yo tengo tendencia a eso de las náuseas y lo sorprendente es que lo gestionase mejor en las previas. Una vez que se me pasó yo avancé con la vida normal, que implica cumplir las medidas básicas de higiene pero sin volverse loca.
He estado en bares, aunque en pocos, y en interiores llevo siempre mascarilla, y me la dejo todo el tiempo que puedo en bares y restaurantes. En exteriores desde el día que se permite ir sin ella yo lo hago, siempre que no haya demasiada gente, manteniendo mi idea de “si te pueden escupir te lo pueden pegar”. Dado que he hecho vida principalmente en casa o en zonas con muy poca gente, tampoco es que hubiese grandes peligros.
La revisión de los 6 meses
Ayer me tocó ir a mi revisión, en la que hubo poco que contar, porque ni síntomas, ni medicación, ni nada que hubiese que reseñar. Básicamente contesté a muchas cosas que no y firmé un nuevo consentimiento para que se haga seguimiento teniendo en cuenta que tengo dosis encima. Aunque ya no se busca ver la eficacia de Curevac, es importante continuar el seguimiento de los vacunados para poder tener datos de seguridad y de posibles efectos a largo plazo. Hasta el momento yo estoy como una rosa, pero si tuviese síntomas y diese positivo en una prueba, se me haría un seguimiento paralelo. También me miraron la tensión y me sacaron el tubo de sangre de rigor.
A partir de ahora…
Dentro de otros seis meses volveré a dar un tubito de sangre, y en medio me llamarán para comprobar que sigo sin síntomas. Personalmente me da un poco de cosa lo que vaya a ocurrir cuando tenga un resfriado, porque según se quiten las medidas antes o después ocurrirá, y nunca en mi vida había estado tantísimo tiempo sin tener nada.
Mis últimos síntomas de un resfriado fueron más o menos un junio de 2020, cuando todavía no se hacían pruebas a cualquiera que tuviese un síntoma en Suiza, y tampoco había mascarillas en el transporte público. Es decir, no he tenido más prueba que la PCR que me hice para entrar en España. Si mañana me levantase con tos no sé si calmadamente pediría que me trajesen un test de farmacia, si llamaría para ir a un centro de testeo, si correría en círculos o qué. Supongo que cuando llegue el momento dependerá de la gravedad de los síntomas… y espero actuar con calma y sentido común.
En estos momentos solo me queda esperar que el pequeño hematoma (inmensa bola morada) del pinchazo vaya desapareciendo en los próximos dos días y que yo siga sin contagiarme, para poder ofrecer más contenidos aquí.
Si has llegado hasta aquí probablemente me habías seguido antes, así que bueno, para darme ánimos puedes invitarme a un café:
Deja una respuesta Cancelar la respuesta