El ruido y la luz nos afectan a todos, a las aves también

El ruido y la luz son cosas que también contaminan. Lo sabemos muy bien, porque es lo primero que notamos cuando nos alejamos de zonas urbanas. Pese a ello, pocos recordamos lo que es encontrarse en un lugar en el que realmente no existe la contaminación lumínica o acústica. Aunque haya menos, casi siempre hay. Ya no recordamos qué es poder ver las estrellas o qué es escuchar los sonidos de la naturaleza. Pero además de afectarnos a nosotros, también le afecta a otros animales.

Aunque se han estudiado otros aspectos de la contaminación sobre animales, hay muy pocos estudios que se centren el efecto del ruido y la luz. En un artículo reciente se estudia justamente eso, y cómo afecta a diferentes aves. El artículo lo podéis encontrar aquí: Sensory pollutants alter bird phenology and fitness across a continent

El ruido y la luz… ¿afectarán a los animales?

En trabajos previos se había analizado en más detalle el efecto de la contaminación en aves. Algunos estudios se habían centrado en cómo afectaban a su comportamiento. Y sí, algunos incluso de habían centrado en concreto en la contaminación lumínica y atmosférica. Pero nos faltan detalles en otros aspectos, como la famosa fitness de la que tanto hablo, esa capacidad para reproducirse mejor o peor, eso que puede proporcionar una ventaja evolutiva, o que puede acabar con una especie. La pregunta entonces es… ¿tienen menos fitness? Es decir, ¿se reproducen peor cuando hay contaminación?

Para poder analizarlo, los investigadores utilizaron datos recopilados de una forma muy peculiar: mediante un proyecto de ciencia ciudadana. En ese proyecto, un montón de voluntarios recogieron durante años datos de nidos. ¡Más de 58.000 nidos! Los investigadores usaron esos datos y los compararon con datos de luz y sonido, normalizando otros valores, como la latitud o la cercanía a poblaciones. Así pudieron ver el posible efecto en la primera puesta de huevos, la cantidad y el éxito en la eclosión. Además, separaron los datos en función de si eran zonas abiertas o cerradas: prados o bosques.

Imagen de aves al anochecer
La oscuridad es muy importante para las aves

El ruido y la luz afectan, sí

Aunque las diferencias que se observaban en muchos casos eran pequeñas, las diferencias estaban ahí. Por ejemplo, cuando existe una mayor contaminación lumínica, parece que la primera puesta es más pronto. Lo que tiene cierta lógica, ya que los pobres animalillos piensan que los días son más largos de lo que realmente son cuando hay más luz.

En otro ejemplo de diferencias, se observa que en los ambientes con más ruido, aquellos que viven en bosques tienden a poner menos huevos, aunque en cambio esta diferencia no es tan evidente en los prados. Quizá en los prados tengan mayor tolerancia… y es que los de los bosques también tienen más problemas para que esos huevos salgan adelante.

Como último ejemplo, voy a destacar que no sólo afecta en función de si viven en ambientes más cubiertos o menos. Sabemos que las aves se alimentan de plantas o de animales. ¿A cuales les afecta más? Pues el exceso de ruido parece que afecta más a aquellos que se alimentan de otros animales. ¿Será que también está afectándole a su comida? Harán falta más estudios para saberlo.

La contaminación no sólo es la basura

Cuando hablamos de cuidar el ecosistema, también tenemos que pensar en la luz y en el ruido. La contaminación lumínica y la acústica son un problema. La luz altera el ritmo circadiano, y el sonido como mínimo afecta a la tranquilidad de los animales.

Entender cómo afecta nuestra vida a la de otros seres vivos es fundamental para poder controlar esos efectos. Algunos cambios que se pensaba que se debían al cambio climático quizá se deban a otras causas. Pero eso no quiere decir que estemos sobreestimando el efecto del cambio climático, que en algunos caso puede ser. En otros casos puede ser lo opuesto, podemos estar enmascarando lo que realmente ocurre.

Desde luego, sólo podremos arreglar todo lo que hemos roto si antes entendemos qué y cómo lo estamos rompiendo.


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