Autor: Douglas Adams
Editorial: Anagrama
Colección: Contraseñas
Páginas: 203
Tras la Guía del autoestopista galáctico, una nueva aventura de los mismos personajes y la misma nave, que se afanan en buscar el sentido del universo de un modo estúpido. Pensamiento Profundo calculó el resultado a la gran pregunta. Todos sabemos que el resultado es…. 42. ¿Pero cual es la pregunta? En este libro los protagonistas viajan en busca del lugar más cercano donde poder comer al Restaurante del fin del mundo y como después llegan a esa costa que recibió un premio por lo maravillosa que es… también conocida por llamarse Noruega.
Tras unos datos insignificantes (cualquiera sabe buscar en internet el argumento), como opinión personal… pues es útil leer la Guía primero, porque por mucho que digan, te pierdes si no sabes de que va el rollo, o piensas que están locos cuando te ofrecen una toalla…
Por último un fragmento, que no spoiler (no leo microsiervos), que deja muy clara la temática del libro y la situación que deben tener tus neuronas (situación = muy retorcida) si quieres leerlo y entender algo…
El Universo: algunas informaciones para ayudarle a vivir en él.
1 Zona: Infinito.
La Guía del autoestopista galáctico da la siguiente definición de la palabra «infinito».
Infinito: Mayor que la cosa más grande que haya existido nunca, y más. Mucho mayor que eso, en realidad; verdadera y asombrosamente enorme, de un tamaño absolutamente pasmoso, algo para decir: «vaya, qué cosa tan inmensa». El infinito es simplemente tan grande, que en comparación la grandeza misma resulta una nadería. Lo que tratamos de exponer es una especie de concepto que resultaría de lo gigantesco multiplicado por lo colosal multiplicado por lo asombrosamente enorme.
2 Importaciones: Ninguna
Es imposible importar cosas a una zona infinita, al no haber un exterior del que importarlas.
3 Exportaciones: Ninguna.
Véase Importaciones.
4 Población: Ninguna.
Es sabido que existe un número infinito de mundos, sencillamente porque hay una cantidad infinita de espacio para que todos se asienten en él. Sin embargo, no todos están habitados. Por tanto, debe haber un número finito de mundos habitados. Un número finito dividido por infinito se aproxima lo suficiente a la nada para que no haya diferencia, de manera que puede afirmarse que la población media de todos los planetas del Universo es cero. De ello se desprende que la población media de todo el Universo también es cero, y que todas las personas con que uno pueda encontrarse de vez en cuando no son más que el producto de una imaginación trastornada.
5 Unidades monetarias: Ninguna.
En realidad, en la Galaxia hay tres monedas de libre cambio, pero ninguna cuenta. El dólar altairiano se ha desmoronado hace poco, la bolita pobble llainiana sólo se puede cambiar por otras bolitas pobbles llainianas, y el pu trigánico tiene sus propios problemas muy particulares. Su tasa de cambio, ocho ningis por un pu, es bastante simple, pero como un ningi es una moneda triangular de goma, de diez mil cuatrocientos kilómetros por cada lado, nunca ha tenido nadie suficiente para poseer un pu. El ningi no es una moneda negociable porque los galactibancos se niegan a tratar con un cambio insignificante. A partir de esta premisa fundamental es muy sencillo demostrar que los galactibancos también son producto de una imaginación trastornada.
6 Arte: Ninguno
La función del arte es servir de espejo a la naturaleza, y no existe un espejo lo suficientemente grande: véase el punto uno.
7 Sexualidad: Ninguna.
Bueno, en realidad hay muchísima, sobre todo debido a la total ausencia de dinero, de comercio, de bancos, de arte y de cualquier otra cosa que mantenga ocupada a toda la población inexistente del Universo.
Recomendación: es una buena lectura durante la época de exámenes. Ayuda a reír, que todos sabemos que es muy bueno. Tampoco hay que dejar de leer los otros cuatro libros de la trilogía…
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