Título: El mono desnudo
Autor: Desmond Morris
Editorial: Plaza & Janés
Colección: Debolsillo
Páginas: 270
Hacía mucho que quería leer este libro. Llegó a mis manos como regalo de cumpleaños por parte de Laura, y claro… en cuanto tuve la oportunidad lo devoré. Digo devorar porque me duró menos de 24 horas. Cosa normal por otra parte, porque el libro es pequeñito.
¿De qué va? Es un ensayo. Un ensayo sobre el ser humano. Ese ser humano que para los biólogos no es lo mismo que para los médicos. Siempre decimos que es un animal más. Un mono como cualquier otro. ¿Cómo identificarlo? Pues como un mono desnudo. Igual que un Erithacus rubecula es un petirrojo, pues un Homo sapiens es un mono desnudo. Y con eso, capítulo por capítulo va analizando las costumbres de este animal. Son ocho capítulos: orígenes, sexo, crianza, exploración, lucha, alimentación, confort, animales. Y al conjunto hay que añadirle una maravillosa bibliografía.
Quizá las partes que más recomiendo los las referentes a los niños. Crianza, exploración. Y es que es curioso, porque son muchas cosas que sabemos de nuestra especie… pero que nunca nos paramos a analizar teniendo en cuenta que somos un animal más. Por otra parte, está el sexo. Eso sí decimos siempre que es porque somos animales, que es un instinto. ¿Por qué el sexo sí y el techo de la Capilla Sixtina no? Este libro explica de un modo sencillo (no hay que olvidar que es divulgación), que ambos son instintivos… en parte.
“La gran abundancia de copulación en nuestra especie se debe, evidentemente, no a la producción de retoños, sino al reforzamiento del lazo dentre la pareja, gracias a los mutuos goces de los compañeros sexuales. Entonces, la reiterada consecución de la consumación sexual, nno es, para la pareja, un fruto refinado y decadente de la civilización moderna, sino una sana tendencia de nustra especie, con base biológica y profundamente arraigada”
Esto tenía que leerlo algún que otro biólogo… Y pensar que me lo recomendó el que se supone más viejo de la facultad. Está claro que no se puede juzgar por las apariencias…
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