El drama de mi piso y la semana que viene

Se acerca el final del dramón que me está suponiendo dejar mi piso en Madrid. Algunos de mis lectores conocéis parte del drama porque lo habéis vivido conmigo, otros recordaréis fases previas del drama, así que atentos a sus pantallas, lectores de feeds, etc, porque en el momento en el que haga la entrega de llaves pienso destapar todo el tinglado, aunque sólo sea para facilitarle la búsqueda de los ladrones en cuestión a futuras personas que se encuentren en mi situación. Y es que eso es lo que son, unos ladrones, y puedo jurarlo, porque es lo que me han escrito en el buzón: “ladrón”. Como yo ya no vivo allí y mi nombre jamás ha estado en dicho buzón, creo que no soy la única que los buscaba, y alguien ha dado con mi piso como propiedad suya. Pues que no se preocupen, porque aquí aparecerán todos los datos de mi búsqueda, y facilitaré los teléfonos de contacto a todo aquel que me los pida.

Por otra parte, yo venía aquí a contar mi semana. Hoy es domingo… y me espera una semana muy dura. En estos momentos me encuentro en Würzburg (sí, yo también tuve que abrir Maps). Mañana tengo una entrevista para una beca que no voy a conseguir. Se supone que me juego dos años de beca a una charla de 15 minutos y un señor que va a hablar un rato conmigo. Por cosas que rodean la situación, estoy bastante convencida de que no van a dármela, pero aquí estoy, en un hotelazo de 4 estrellas… en un pueblo perdido en Bavaria. Pero yo lo llevo bien.

Mañana mi charla es a las 11, y a las 2 tengo que irme corriendo a pillar un tren para poder llegar a las 10 de la noche a Berna. Ese será mi lunes. El martes no voy a ir a trabajar, porque a las 4 de la tarde tengo que estar en Ginebra para pillar un avión un par de horas más tarde, y no sabéis los líos que se montan en el control de ese aeropuerto! Así llegaremos a Madrid por la noche, en donde para compensar nos hemos reservado otro hotelazo de 4 estrellas. Eso sí, antes de poder disfrutar del hotel, nos toca desmontar los muebles que nos quedan en casa y sacarlos a la calle, así que yo ya me veo entrando en el hotel a las 3 de la mañana. Y así será mi martes.

El miércoles toca el último paso de empaquetado, la visita del suegro para cargar, ir con el suegro a llevar las cosas y, finalmente, deshacerme de mi querido coche. A las 6 de la tarde espero estar firmando la venta. Después toca volver y quizá cenar con nuestros colegas salvadores, que han tenido a bien vigilar el piso en nuestra ausencia, para darles las llaves y que vayan a firmar la rescisión de contrato por mi. Ese será el miércoles.

El jueves en principio tenemos la mañana libre, y por la tarde nos pillamos un tren a Galicia. ESE TREN. No es que seamos supersticiosos o algo, pero hemos pensado en que igual, si no se nos retrasa el asunto, quizá cambiemos el tren para la mañana. Para no pillar ESE TREN. Y sobretodo por no llegar a las 10 a Santiago y que tengan que ir a recogernos. Sobretodo porque me da pánico ir en el coche conduciendo el novio de mi madre. Y los que os habéis subido al coche conmigo sabéis que yo no conduzco suave que se diga, así que imaginad que clase de loco al volante es él. Así que con un poco de suerte, cambiaremos el billete e iremos de mañana, pudiendo al llegar a Santiago coger un tren a mi pueblo, y yo vivir tranquila. Ese será mi jueves.

El viernes y el sábado los tenemos sin planificar. Podemos en teoría coger el coche del susodicho elemento para desplazarnos, pero yo no tengo ningún interés en conducir tal coche. Podemos intentar desplazarnos en transporte público (vamos, que nos quedamos tirados en medio de la nada fijo), o podemos intentar sobrevivir a estar realmente dos días con mi madre. Voy a morir en el intento fijo.

Ya el domingo, a las 9 y media tenemos el avión de vuelta a Ginebra, así que habrá que buscar otra vez como desplazarse al aeropuerto y toda la pesca. Habrá que valorar si el viaje en coche nos compensa (aguantar al hombre este todo el camino) o si ya nos vamos en tren y punto. Llegaremos a Ginebra, pillaremos el tren a Berna y supongo que dormiremos un montón de horas del tirón. Eso sí, por suerte, el lunes es festivo y podemos dormir y comprar comida para la siguiente semana…

Compadezco a todos los exiliados que tengan que hacer estos números para ver a la familia, en serio, los compadezco…


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