El cordón

No es nada nuevo, para ninguno de nosotros, esto de guardar los cordones umbilicales. Concretamente, hace muy poco, en España se habló de ello, cuando nació la infanta Leonor, y los príncipes, muy precavidos ellos, mandaron su cordón a EEUU. Esto viene pasando porque en España no se puede guardar, cosa un poco triste.
Hoy, sin venir a nada, aparece una noticia sobre una niña a la que le han curado una leucemia con las células que tenían guardadas de su cordón. Digo lo de sin venir a nada, porque el transplante fue hace tres años…
Además, la noticia te deja muy claro que, si quieres guardar las células de tu hijo, tienes que dejarte una pasta como un mundo, que la mayor parte de los mortales sufriría mucho pagando y, además, no es la panacea, ya que hay demasiadas posibilidades de que vaya mal ya que, si estamos ante una enfermedad de base genética, habrá que tirar con ellas, porque no arreglan nada.
Con esto no quiero decir que sea malo, al contrario, pero joder, para animar a la gente a guardarlas… ¿no sería mejor hablar de instituciones públicas (aquí, donde la SS puede con todo)? ¿y que tal si lo enfocamos como donaciones de cordón?
La verdad, no me extraña que la gente piense que EEUU es la tierra de las oportunidades frente a España, país tercermundista; sobre todo cuando sin venir a cuento te dicen que allí tu bebé no se moriría, pero aquí sí. Ahora sólo les falta decir que es el país donde todos son iguales y no hay diferencias entre clases ni razas (como dice mi profe de viro). Yo me parto…
La noticia que no viene a cuento:
Una niña autotransplantada con células de su cordón umbilical abre el debate acerca de su conservación


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