Ahora que nos ha entrado a todos la conciencia ecológica, aprovecho y escribo una breve entrada que os haga recordar cómo funcionan esto de los contenedores para reciclaje. Porque todo el mundo dice tenerlo claro, pero ya si empezamos por el azul empiezan las dudas de qué tipo de papel o cartón va al contenedor azul, o qué se considera papel o cartón. Nos pasa lo mismo con el verde, que dice que vidrio, pero… ¿tenemos todos clara la diferencia entre vidrio y cristal? Técnicamente quizá sí, pero cuando tienes un vaso de dudoso origen delante, quizá ya no lo tengas tan claro sin romperlo. Pero sin dudas, el contenedor que más dudas acaba generando es el contenedor amarillo. Ese gran desconocido.
Amarillo de envase
En esto no se puede generalizar, porque luego resulta que hay sitios en los que no es así, pero aunque en nuestra cabeza se haya repetido mil veces que el contenedor amarillo es para plásticos, el contenedor amarillo no es para plásticos. Es para envases. Y realmente nos lo han dicho siempre así, pero algo nos ha hecho asociar que los plásticos son envases y viceversa, pero la realidad es que no.
Muchos de los plásticos que nos rodean poco tienen que ver con los envases. Y no es que solo se pueda reciclar si es un envase, es que el tipo de material con el que se hacen los envases es diferente al que se usa para otras cosas. Así que si no es envase, va al contenedor de resto.
El TetraPak que da dolor de cabeza
Si os digo que las latas de refresco van al amarillo (a no ser que haya uno diferente para aluminio) quizá ahora ya suene más normal, porque acabamos de decir que los envases. Pero entonces si preguntamos por el “cartón de leche” empezamos a discutir todos. Quizá por esa idea de “cartón” o “caja” es por lo que se ha extendido la idea de que va al contenedor azul. Vamos a ver… ¿es todo cartón? No. Pues entonces no va al azul. Tampoco es todo plástico, pero sí es todo envase.
Aunque se nos vendía que era algo que se reciclaba muy bien, es muy difícil separar los diferentes componentes para reciclarlos por separado. Lo que sí podemos decir es que es un gran sistema para conservar líquidos: ya casi nadie recuerda la leche en bolsas y las botellas solo se usan para la pasteurizada. También es un gran sistema para almacenar, porque se apilan muy bien. Pero que no os digan que es bueno para reciclar, porque no es ni de lejos lo mejor. Aunque lo metáis al contenedor amarillo.
Qué va al contenedor de resto sí o sí
Por último, recordemos que las cosas tienen que ir “limpias” cuando van a un contenedor de reciclaje. Esto quiere decir, que si tienes un pollo que son más bacterias que pollo, el pollo va dentro de su envase al contenedor de resto. El de amarillo no quiere ni ver los restos de ese pollo. Y lo mismo con otros restos de comida. Vale que nunca estará completamente impecable, pero si hay restos abundantes de comida, si no lo tocarías con tu mano… va a ser que le toca ir al de resto, que a veces metemos ya casi cualquier cosa al contenedor amarillo.
Eso me recuerda, que si se va a tirar ese tarro de vidrio del tomate frito al verde, hay que retirar todos los restos de tomate posibles antes de hacerlo. Que además de dificultar mucho el reciclaje, es una guarrada tremenda, que esos contenedores no se vacían a diario y los bichos crecen ahí. Di no a los restos de tomate.
Resumiendo…
Por último, os recuerdo que aunque haya materiales mejores o peores en cada caso, lo primero será siempre intentar reducir, reutilizar lo que se pueda, y por último reciclar. Y no debemos poner en peligro nuestra salud para reducir, ni debemos dejarnos llevar por lo que parezca que se recicla mejor, porque aunque un material se recicle mal, si miramos hacia atrás en la cadena quizá sea mejor que otro que recicla peor pero consume menos en la producción y transporte.
Lo importante es tener una visión global y no dejarnos llevar por el “yo ya sé cómo se hace” o “yo ya sé qué es mejor”, porque tendemos a caer en errores. Sí, yo también, que tengo sesgos como el resto de humanos. Por eso os dejo este post, mucho más superficial, para que cada uno revise lo que le aplica a ver si realmente sabemos cómo se hace y qué es mejor.
Si te he hecho pensar puedes invitarme a un café, pero de los que se compran en grano, que las cápsulas se reciclan, pero menos de lo que creemos, y mejor será sin residuos:
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