Algunos ya sabéis de que va la historia porque os la he ido contando… pero para el resto, ahí va la historia completa…
Como sabéis, este mes estoy casi sola en el laboratorio. De vez en cuando aparece alguien más (realmente casi nunca estoy completamente sola), pero soy la única que trabaja de verdad (en la poyata, no sólo ordenador).
El jueves, me disponía yo a preparar unas placas para sembrar unas bacterias… Las chicas que preparan el medio de cultivo, nos lo dejan en botellitas de 200 mL. Lo preparan y lo ponen ahí, eso lo autoclavan y después lo dejan enfriar y solidificar. Nosotros cuando queremos nuestras placas sólo tenemos que abrir un poquito la botella sin quitar el tapón (para que no estalle), meterlo en el microondas 10 min y ya está fundido. Luego se espera a que no queme, y en un ambiente estéril se le añaden los antibióticos y se hecha en las placas. En este proceso, por lo tanto, hasta que abres la botella en el ambiente estéril (llama, campana, o lo que sea), en ningún momento el medio entra en contacto con bichos, porque se mantiene cerrado. También es importante que sepáis que en el autoclave se mata todo lo matable. Es decir, bacterias, hongos, protozoos… lo que sobreviven son algunos virus, pero como el virus fuera de otro organismo no vive mucho rato… Hasta el momento es lo mejor que tenemos. Se presupone que lo que sale de un autoclave sale estéril, y además se le pone una pegatinita para comprobar que se han alcanzado las condiciones en las que se mueren todos los bichitos.
Pues bien, yo metí mi botellita en el micro.Y allí lo dejé dando vueltas… Cuando fui a por la botella, vi que aquello parecía un volcán en plena erupción (dentro de la botellita). La saqué del micro y la dejé en la mesa… y esperé. Poco a poco, aquello se fue calmando… y unos 5 minutos más tarde, pude distinguir una especie de pelotilla, que era lo que estaba en plena fiesta rave dentro de la botellita. La pelotilla no paraba de dar vueltas… ¿Qué hago? Esperar. Tuve que esperar al menos media hora para poder analizar con detalle la pelotilla en cuestión. Es un hongo. Un gran hongo. ¿Y cómo ha llegado un hongo ahí? O mejor dicho… ¿cómo ha crecido?
Una vez identificada la pelotilla como “hongo-pelotilla”, pasamos a la segunda fase. Matarlo!!! ¿Y cómo mato yo algo que sobrevivió al autoclave? Mientras reflexiono sobre ello, el medio de cultivo, como es evidente, solidifica… y atrapa otra vez a la pelotilla en medio (no es creáis, la hijaputa intentaba seguir dando vueltas…). El hongo-pelotilla tenía pinta de estar muy vivo, pese al autoclave-frío-microondas. ¿Qué podía hacer? Mi primer problema era abrir la botella. Como sabéis, sólo hay una cosa peor que tener un hongo en tu laboratorio, y es que ese hongo disemine esporas… porque eso dará lugar a cientos o miles de hongos iguales… y no quiero ni plantearme esa opción.
Decidí volver al microondas, esta vez, una vez fundido todo el medio, lo dejé allí hirviendo bastante rato, con la esperanza de que las microondas matasen al bicho… pero yo os juro que aquello tenía pinta de estar muy vivo. Entonces opto por abrirlo (qué remedio). Lo abro en un ambiente pseudoestéril (a ver si disemina menos) y completo la botella con lejía… mezclo bien, y tiro al fregadero todo. Aunque no os lo creáis, ese es el método para matar las bacterias. Cual es mi sorpresa al ver que el hongo-pelotilla se queda allí, en la rejilla del desagüe… ¿qué hago? Pues añadirle más lejía. Tenía la esperanza de que su aspecto al menos fuese más “chuchurrío” pero no… aún así, creí que estaría muerto. Y me fui…
Ayer, cuando pasé por allí delante (todo esto no ocurrió en mi laboratorio, pasó en el de enfrente), me fijé que el hongo-pelotilla seguía allí… y que además había crecido!!! Lo único que se me ocurrió fue intentar ahogarlo en lejía… así que empecé a echarle agua a presión, lo machaqué con un pincho (teníais que vernos al hongo-pelotilla y a mi en plena batalla) y después le añadí más lejía, para rematarlo.
Ahora, sólo espero que cuando el lunes llegue allí no haya dominado el laboratorio… y busque venganza!
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