Ains… lo de la dieta de los adolescentes… Tras una serie de comentarios en Twitter discutiendo sobre la supuesta locura de cambios que se vienen con la “gran reforma educativa” y el lío que se ha montado con lo de que si se prohíbe la publicidad de alimentos claramente insanos para niños, decidí darme una vuelta por los libros de diferentes editoriales para ver qué se les ha estado enseñando a los niños en los últimos años. No os voy a detallar todo lo que hay y lo que no hay, pero sí voy a destacar que cosas sobre la dieta han llamado especialmente mi atención.
Aunque ya en la Ley General de Educación de 1970 (sí, la de la EGB) dan a entender que algo de nutrición hay que enseñar, en los siguientes años poco a poco se ha ido desglosando e insistiendo más en el tema. Yo me he centrado en libros de los últimos 4 años, que sabemos que sí o sí están adaptados a la lo previo a la modificación que se está implantando. Que ya era una modificación, pero bueno, para que nos entendamos, lo que estoy mirando es lo que se enseñaba en 2020. Y aunque se enseña en otros cursos, he optado por la parte que más se desglosa cuando se supone que ya tienen edad para razonar más detalles: tercero de ESO.
Lo que he visto bien de esos conceptos sobre la dieta
En casi todos los libros se detalla correctamente los diferentes tipos de nutrientes, qué cantidad de energía se obtiene de ellos, qué alimentos son más ricos en cada cosa y la rueda de los diferentes alimentos. También me ha llamado la atención, y para bien, que suele haber un apartado bastante detallado sobre la obesidad. Se enseña el cálculo del IMC y se habla de los problemas que implica la obesidad. Todos los libros describen la dieta mediterránea en un detalle que a veces puede incluso ser excesivo, pero vale. También hay muchos detalles sobre las diferentes formas de conservación de alimentos.
Todo esto son partes comunes que he visto en casi todo lo que he consultado, y que está bien. El caso es que si se quedasen ahí, quizá estaría casi bien, pero el problema que veo son las cosas que faltan y las cosas que sobran. Así que ahora voy a pasar a relatar las cosas que se están haciendo mal.
Lo que he visto mal, todo muy mal
- En casi todos los libros que he visto aparece la dichosa pirámide de los alimentos, y preocupantemente en varios las verduras estaban más arriba que abajo.
- Lo de dividir el plato en secciones es un concepto totalmente desconocido para todos los libros que he buscado.
- Se habla de obesidad, pero pocos libros hablan de anorexia o bullimia (algunos sí, pero no todos)
- En varias ocasiones he encontrado una sección dedicada a los transgénicos. Lamentablemente todas las que he encontrado dejaban caer que no se sabe si son peligrosos para los humanos. WTF
- Hablan de obesidad, lo ponen todo muy feo… pero realmente no hablan de cómo evitarlo o minimizarlo. Solo se centran en que es algo malo. Y luego que si el bullying…
- Son de 3 ESO y ni una referencia al alcohol. Y me temo que si hay alguna será para decir que el vino tinto forma parte de la dieta mediterránea. Pero es que ni uno he encontrado que diga que el alcohol engorda un huevo.
- He encontrado varios que hablan de las etiquetas de los alimentos, pero se centran en decirte que tienen cosas como la fecha de caducidad en lugar de decirte lo más importante: el primer ingrediente de la lista es el más abundante.
- En un libro de una famosa editorial recomienda como parte de una dieta equilibrada merendar “un cruasán” y todavía estoy en shock. En el mismo ejemplo de dieta parecen considerar que las verduras se comen solo en forma de lechuga. Por supuesto, el ejemplo de día de dieta equilibrada está fatal mires por donde lo mires.
- No hay referencias al azúcar como algo peligroso en la dieta. En ningún sitio. No se habla de bebidas azucaradas ni de bebidas energéticas.

El resumen
O bien quien hace los libros pretende tratar a los niños de tercero de ESO como si fuesen de tercero de primaria, o yo ya no sé. Pero es que ni para primaria los contenidos son remotamente parecidos a lo que debería trasladarse en la realidad en la que vivimos. Es como su los redactasen marcianos. Una desconexión total con las necesidades de los adolescentes.
Así que sí, quizá no habría que prohibir nada, en un mundo ideal en el que se estuviese enseñando a los adolescentes unos contenidos adecuados. Y que se les hubiese enseñado eso desde hace mucho. Pero esos contenidos son similares a los que estudié yo y, sorpresa, yo podría ser la madre de un niño en ese curso. ¿Le estaría enseñando yo algo diferente? Claramente no, porque la gente de mi edad que tiene hijos de esa edad es la que está criando niños entre los que lo normal es ser obeso. Y sí, ya, que cuando nosotros éramos pequeños había Bollicaos y seguimos vivos… vale, pues no sé vosotros, pero yo no comía uno de esos todos los días. Y no lo hacía acompañado de un Monster mientras estaba tirada en el sofá sin mover el culo.
No voy a contar yo aquí si hay que prohibir cosas o no, si hay que hacer reformas o no, pero al menos ojead lo que se está enseñando y pensad si consideráis todo eso correcto. No podemos seguir con pirámides nutricionales igual que no podemos seguir con mapas de la lengua. Son contenidos incorrectos. Esos libros les están ensañando a engordar. Y luego nos quejamos de la obesidad.
Si te ha llamado la atención todo esto, puedes agradecérmelo con un café. Lo tomo sin azúcar, así que haya calma:
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