De cómo acabé con una gran mancha de café en mi pantalón

La historia de hoy es un tanto curiosa…

Hoy tenía clase de doctorado, y teníamos profesor visitante. Para no dar nombres, vamos a decir que era el señor JT que venía de esa cuidad que está por dónde cae el Guadalquivir (o eso creo) y en la que se encuentra la Giralda (esperemos que no esté metiendo la pata o un par de lectores que son de allí me matarán).

Llegó el señor JT y lo primero que nos dice es que nos sentemos en primera fila todos (6). Ya empezamos mal.. y además cone se acento tan peculiar que tan nerviosos nos pone a los gallegos…

Y el tipo empieza la clase hablando de esas cosas de las que hablan los fisiólogos (que no biólogos). Y el tipo que estaba muy cerca… y nos tocaba en el hombro a veces y todo (bueno, a mi no, que lo miraba con “¬¬”). Y la clase va continuando…

Poco a poco la cosa se fue haciendo más amena. Nos preguntaba cosas y hasta contestábamos… y empezamos a darnos cuenta de que el tipo no era un cabrón, sólo era que le faltaban unos cuantos tornillos…

Tras un par de coñas sobre ubres y conejos que mejor no explico, nos dice que paramos para un cafelito… que si vamos a “Picos pardos”. Tras nuestra cara de susto, dice “el bar de enfrente….” y nosotros “aaahhh…. el Pico Sacro”. Y el tipo que sí, que eso. Y nos invita a un café, y a tarta de Santiago… y a chupitos!! Como comprenderéis esto no se acostumbra por estas tierras… en general suele ser mal visto esto de un chute de LK entre clases… (para los no gallegos: LK aka licor café, que si está bien hecho es algo así como un licor bajado del cielo, pero si está mal hecho es la cosa más nauseabunda que podáis beber…). Evidentemente la mayoría no nos animamos… sólo aceptamos el café y la tarta de santiago (tampoco le íbamos a decir que no al pobre hombre). Y allí se nos pone a contar el tipo cotilleos de su departamento, del nuestro, de los masters, de los doctorados… etc etc.

Es en medio del entusiasmo producido por la charla, cuando un compañero que me odia (realmente es la típica relación amor-odio, sin la parte de amor… más bien como competición-odio) da accidentalmente con su mano a su taza de café y proyecta su café hacia mi… concretamente hacia mis vaqueros… Mi reflejo fue rápido, me di una gran hostia contra la pared que tenía detrás, pero pese a ello gran parte del café cayó en mi pantalón. El café estaba hirviendo, lo cual lo hacía todavía más molesto…

La parte positiva es que después el chico se sentía mal y me estuvo pidiendo perdón media hora 🙂

El profesor aka ser extraño estuvo después en clase todavía más de coña que antes del descanso (no te jode… con el chupito de caña (aka aguardiente blanca) que se había bajao…) y dijo que “mañana más”. Miedo me da la clase de mañana…


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2 respuestas a «De cómo acabé con una gran mancha de café en mi pantalón»

  1. Avatar de nico

    Aguardiente blancO

  2. Avatar de Carlos L.

    ¿Tan raros os parecemos la gente del Sur???? jejejejeje. Si que es verdad que puede chocar un poco el entusiasmo del que has hablado en el post y la sana costumbre de interaccionar tan pronto con desconocidos, por ejemplo invitando al cafelito o a unas cañitas con sus respectivas tapas… jejejeje, Espero que mañana la clase sea igual de instructiva y divertida que la de hoy y que nos relates tu nueva aventura… jejeje. Un saludo! 😉

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