Entramos en la recta final. Sólo me queda semana y media más en París.
Realmente ya no sé qué decir sobre mis días aquí. He pasado el 80% quejándome. Las alegrías han sido momentáneas. El caso es, que si valoro el resultado del mes, laboralmente hablando, no ha sido tan malo. Venía con un objetivo, con un mínimo a conseguir, y eso lo he conseguido. Y algo más. Pero cada vez que pienso en cómo paso los días en el labo, me doy más y más cuenta de que no, que podría haber conseguido el objetivo final.
Puedo sacar más conclusiones, como que no quiero a alguien como la señora P como jefa de postdoc. En sí supongo que soy muy exigente… tengo la suerte de tener un director de tesis maravilloso, y eso va a ser difícil de superar. Y conste que no siempre estamos de acuerdo. Pero de eso se trata también la tesis, digo yo. Tras casi 4 años de tesis, y poniéndome en la situación de si fuese yo la jefa, me preocuparía que mi becario estuviese siempre de acuerdo conmigo. Tendrá razón o no, pero si discute algo, al menos es que piensa.
Al llegar a París también empecé mi colaboración con otro blog, La ciencia y sus demonios, en el que pronto (espero) aparecerá mi segundo post. Espero que salga algo positivo de ello.
El viaje también me ha servido para reencontrarme con un viejo amigo. Me ha servido para ver algunas cosas que tenía pendientes en París. Y para seguir dejando cosas pendientes. Y para reflexionar bastante sobre mi carrera, como siempre que estoy fuera de mi labo.
Ahora, queda semana y media. Tengo una lista de cosas que quiero hacer, y sé que no podré hacerlas, porque no es mi labo, porque no me siento con libertad. También tengo una lista de cosas para cuando vuelva a Madrid.
Durante este mes se ha decidido mi asistencia a dos congresos, espero que con dos charlas (sólo una confirmada ahora). En cambio, al que sabía que iba a ir, han decidido que sólo póster.
Y mi paper sigue pendiente. Un paper que, para mi desgracia, me temo que va a dar mucho que hablar a mi alrededor. Ya sabéis, asco de vida.
Y hoy he decidido quedarme en casa, si es que podemos llamarlo casa. Quiero hacer demasiadas cosas, y pasear bajo la lluvia en París no es compatible con ello. Sí, quiero ver cosas en París, pero antes que el “placer” de pasear por ahí, están las tareas pendientes… vamos a ver que tal se me da el día.
Deja una respuesta