En los últimos tiempos los adenovirus están ocupando muchas portadas de periódicos. Aunque ahora sean famosos por su uso como vectores para las vacunas, los adenovirus han estado siempre ahí. Hoy os voy a hablar de las infecciones oculares por adenovirus, algo muy común pero poco comentado. Porque los adenovirus, como otras cosas, también entran por los ojos.
Los adenovirus causan muchas infecciones
Recientemente lo que se ha repetido más es que los adenovirus son virus causantes de resfriados. Y es cierto, algunos adenovirus causan infecciones respiratorias. Pero la cosa no se queda ahí, porque en general a los adenovirus les gusta infectar mucosas, por lo que también pueden provocar gastroenteritis y lo que es el tema de hoy: conjuntivitis. Y más infecciones, pero esas son sin duda las más comunes. Si te da cosa leer sobre adenovirus en los ojos… yo al menos he avisado que se eso es de lo que vas a leer.
Los adenovirus son virus con ADN, sin cubierta lipídica y con una cápside icosaédrica. Su nombre se debe a que la primera vez que se identificaron fue en las adenoides, aunque al menos en España casi nadie las llama así. Me refiero a las amígdalas faríngeas, las vegetaciones, eso que cuando te operaban te decían que tenías que comer helado.
Como hay que clasificarlos de alguna forma, los dividimos en 7 grupos (especies), de la A a la G, en los que clasificamos a los más de 100 tipos de adenovirus descritos hasta la fecha. Por ejemplo, el adenovirus 5 (Ad5) respiratorio es un adenovirus B. En la especie D es en la que encontramos la mayor parte de los conocidos, y en ella se incluye también el Ad26 de otra vacuna y la mayor parte de los que producen conjuntivitis.
Las infecciones oculares por adenovirus
Si hay una conjuntivitis viral, lo más probable es que sea causada por un adenovirus. Existen diferentes virus que la causan, pero los síntomas suelen ser similares, aunque tienen varias manifestaciones posibles. Para el común de los humanos, lo primero que se detecta es que los ojos se ponen rojos y que pican, pero esto no siempre ocurre (aunque sea lo más llamativo). Las infecciones pueden ocurrir tanto en niños como en adultos y pueden reaparecer pasado un tiempo, al igual que ocurre con los herpes.
Realmente, dos de las manifestaciones comunes, que implican la conjuntivitis folicular o la fiebre faringoconjuntival, suelen curarse fácilmente y quedarse en eso. Porque sí, además puede dar fiebre, como casi cualquier virus de los que conocemos. La tercera manifestación es la que nos preocupa más porque afecta a la córnea, y es la que más ojos rojos y picor genera, además de una especie de puntitos blancos que son señal de que nuestro cuerpo intenta hacer algo para eliminar el virus. Es lo que llamamos queratoconjuntivitis epidémica, y entre un cuarto y la mitad de las personas que la tienen la cronifican, por lo que volverá en otros momentos de su vida.
Si no se trata correctamente, esta última manifestación si puede dejar secuelas. Por una parte pueden quedar cicatrices en las zonas más afectadas, que pueden incluso afectar al movimiento del ojo. Por otra parte algo más banal, pero no por ello poco molesto: la sequedad ocular. Los primeros síntomas aparecen pocos días después de la infección y la sensación de tener algo en el ojo y los problemas de movilidad pueden durar años si no se actúa rápido.
Cómo se produce la infección en la córnea
En los últimos años se ha avanzado en el estudio de la infección, para conocer la respuesta de la córnea a la presencia del virus y los daños que pueden ocurrir. Por una parte, se ha visto que parte del daño lo causan los propios queratocitos que intentando defenderse expresan quimioquinas (un tipo de citoquina) que se van a acumular. Pero sin duda, gran parte del daño aparece como respuesta a la replicación del virus. Diferentes estudios han confirmado que el virus se puede replicar en células del epitelio de la córnea, lo que explica el daño observado. Esto se ha demostrado en infecciones de cultivos celulares in vitro.
Aunque existen pruebas específicas, el tipo de inflamación presente y la presencia de esa capa de puntos blanquecinos sobre la córnea es lo que permite habitualmente determinar que se trata de una infección de adenovirus que ha llegado a tus ojos. Al menos, lo permite a un ojo de un médico entrenado, el resto probablemente veríamos simplemente un ojo rojo.
Tratamiento de adenovirus en los ojos
Actualmente si se da una infección de este tipo el tratamiento se basa fundamentalmente en minimizar la respuesta del cuerpo a la vez que se utiliza un tratamiento genérico que valdría para cualquier otra enfermedad viral, pero eso no quiere decir que no se busque algo mucho más específico.
El adenovirus se une a la célula gracias a sus espinas o espículas, esos “pinchos” formados por un trímero de proteínas. Hay una espícula en cada una de las 12 puntas de la cápside. Dado el gran avance en el estudio de estas proteínas y de lo bien que se conoce la estructura del dominio de unión al receptor, esa región es una de las dianas terapéuticas.
En el siguiente paso, para que el virus entre en la célula, se forma una vesícula rodeada de clatrina, un mecanismo muy común en nuestras células, que implica por su parte una segunda posible diana, aunque en principio sea más inespecífica. Y es que aunque ese mecanismo sea utilizado también en otros contextos, la primera unión, la de las espículas, es tan específica que incluso diferentes adenovirus se unen a diferentes receptores. Uno de los más estudiados en el momento es el ácido siálico, y el bloqueo de la unión entre la espícula y el ácido siálico es una de las principales dianas de estudio para evitar la infección o incluso para el tratamiento.
De los ojos a los coronavirus y las vacunas
En general los adenovirus en los ojos se contraen tocando lo que no se debe. La transmisión en este caso sí es principalmente por contacto, al menos en aquellos que se han estudiado que provocan conjuntivitis. Pero últimamente nadie habla de la transmisión de los adenovirus, de lo que hablamos es de su uso como vectores.
Hace ya varias décadas que se comenzó a estudiar la posibilidad de utilizar los adenovirus como vectores para vacunas o para terapia génica. Aunque se habían utilizado previamente, en la actualidad estamos viendo su uso aumentar tremendamente dado que son los vectores utilizados por AstraZeneca, Janssen y Gamaleya para sus vacunas. Pero estos virus son tan comunes que se han tenido que seleccionar aquellos para los que se espera que la población tenga menos anticuerpos. En el futuro habrá otros usos para estos virus, y esperemos que en medio aprendamos también a defendernos de ellos y evitar las infecciones.
Más info aquí: Adenovirus and the Cornea: More Than Meets the Eye
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