El libro que toca esta semana es un libro reciente, pero que me ha despertado suficiente curiosidad como para saltarse la lista que tenía por delante de pendientes. Cómo evitar un desastre climático, de Bill Gates, merecía cierta prioridad. Pero si el lector espera que el libro nos dé una lista de cosas que debemos hacer en nuestra casa para acabar con el cambio climático… las cosas no van por esa vía.
Persona vs. comunidad
Una de las cosas que me llama la atención es que el propio Bill Gates mueve el foco de las acciones individuales a las acciones colectivas. Claro que las decisiones individuales cuentan. Pero como el propio subtítulo dice, además de las cosas que ya tenemos, nos harán falta otras soluciones. Y ahí también entran las empresas, y las grandes fortunas, muchas de las cuales han crecido sin importarles en absoluto este problema, o incluso acelerándolo activamente.
Pero además de poner el foco en que las grandes empresas tienen que llevar la voz en todo esto, también se destaca que las acciones no son iguales en lugares diferentes. Igual que llevamos semanas explicando que no es lo mismo comer carne de la granja de al lado de tu casa que de la ganadería intensiva de la otra esquina del país o del mundo, pues no es lo mismo un coche eléctrico que un camión eléctrico. Ni es lo mismo un coche eléctrico en el centro de España que en el centro de la República del Congo. Que el ejemplo lo pongo yo para acercarlo, pero los suyos son similares.
La nuclear como parte de la solución
Más allá del odio generalizado en la sociedad hacia Bill Gates, que no voy a negar que en el pasado se lo buscaba, una de las cosas que más controversia genera es su defensa de la energía nuclear. No como energía limpia, más bien como el menor de los males. Y es que igual que Bill Gates ya no es aquel hombre que era en los 90, tampoco la energía nuclear es lo que era en los 80. El mundo ha cambiado mucho desde entonces.
Por otra parte, creo que parte del rechazo pasa por su planteamiento de cómo abordar los problemas en diferentes puntos del planeta, porque como él dice, llegas a un país queriendo llevarles la última tecnología médica y te encuentras con que lo necesitan es agua potable y un sistema de gestión de aguas residuales.
¿Recomendado?
Probablemente a las personas más informadas en esto del problema climático, Cómo evitar un desastre climático no les aporte demasiado. Claro, no cuenta nada nuevo, cuenta una serie de obviedades como que el planeta se calienta, pero son cosas que mucha gente todavía no acaba de asumir. Por eso es importante que también él lo cuente. Y sí, también sabemos que hay países en los que no hay agua potable, pero seguimos permitiendo y favoreciendo actitudes que lo único que hacen es empeorar la situación.
Desde luego, este libro lo que nos pondrá es en una perspectiva diferente, en la que además de pensar en apagar la luz que no se necesita en casa, pensaremos en qué cosas podemos hacer para que aquellos que contribuyen muchísimo más al cambio climático modifiquen sus actitudes. Y eso empieza por el apoyo de gente como Bill Gates. Por eso sí recomiendo la lectura y difusión de libros como Cómo evitar un desastre climático.
Si he convencido a alguien de que vale la pena, aquí os dejo el enlace afiliado a la edición de Kindle, porque ya que estamos, quizá deberíamos dejar de acumular libros a kilos, aunque comprar un libro más o menos tenga mucha menos huella que otras acciones que no pensamos.
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