Científica teletrabajando, semanas 2 y 3

Aunque todo apunta a que al menos durante una semana más el plan va a ser similar, se han producido suficientes cambios como para que pueda hacer un resumen de cómo avanza mi vida de científica desde casa.

Tras haber pasado la primera semana principalmente escribiendo, ahora mis tareas han cambiado. Mi día a día se divide principalmente en dos tareas: trabajar en una estructura y recopilar y leer artículos científicos.

Para mi trabajo en la estructura, tenemos un sistema un poco complejo. Aunque podría hacerlo desde mi MacBook, el pobrecito ya no está para eso y además, sería un desperdicio no usar el ordenador dedicado para ello en mi laboratorio. Por eso desde mi MacBook usando Citrix me conecto a un servidor Windows remoto, de ahí a un ordenador Linux usando PuTTY y desde ahí ssh al otro. ¿Por qué tan complejo todo? Eso llevo años discutiéndolo con los de informática. Va lento, pero funciona. Así, poco a poco, aminoácido a aminoácido, mi estructura va avanzando.

En paralelo a todo esto está la lectura de artículos. En eso sigo con la estructura previa que he contado alguna vez: reviso lo nuevo usando Researcher App, que guarda los artículos en Zotero, después me los bajo en pdf y tranquilamente, aprovechando esos minutos de sol al mediodía, los leo en mi iPad tumbada en el sofá, usando un Apple Pencil para ir subrayando y anotando.

Además de todo esto, la comunicación en el laboratorio se tiene que mantener. Con mis compañeros uso de manera formal Mattermost, una herramienta parecida a Slack, y para llamarnos hemos empezado a utilizar Zoom y Teams, dependiendo del que de menos problemas cada día. Para las chorradas varias seguimos usando Whatsapp, no hay forma de sacarlos de ahí.

Además, la semana pasada ocurrió algo muy novedoso. Un compañero tenía un experimento remoto en el sincrotrón y necesitaba ayuda. Aunque la idea parecía muy loca, lo intentamos. Desde su escritorio remoto Windows (recordemos, usando Citrix) se conectó con NoMachine al sincrotrón, pudiendo tener en su escritorio el control del remoto de allí. En paralelo, me llamó usando Microsoft Teams y yo pude ir guiándolo y enseñándole, además de poder tomar el control en un par de momentos críticos. Por suerte, el chico es muy espabilado y el 90% del tiempo yo sólo tenía que mirar mi pantalla de reojo.

La semana que viene habrá novedades, porque además de una científica en remoto seré una científica supervisando a dos estudiantes en remoto, cosa que vista su capacidad de respuesta a correos electrónicos, pinta bastante mal.

Ya os iré contando como avanza la historia, y a ver si encuentro el momento para escribir sobre alguno de los artículos relacionados con el coronavirus que he leído, porque esos merecen una reflexión más larga que cuatro tweets.

Si alguien tiene curiosidad por saber cómo funciona alguna de las herramientas que he ido nombrando no dudéis en preguntarme!


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