Ciencia en casa: extracción de ADN

Iba a escribir un post serio explicando como se hace una prueba de ADN, pero me he dado cuenta que mucha gente no tiene una idea clara del ADN, más allá de las imágenes típicas de la doble hélice. Por eso he pensado que, para que podáis visualizar mejor el ADN… lo mejor es verlo. Por eso voy a utilizar esta entrada como punto uno para algo que espero que sea una serie de pequeños experimentos que puede hacer uno en su casa.

Nota: padres, tíos, hermanos mayores… este experimento es ideal para hacer con niños, pero yo no me hago responsable de las consecuencias. Es probable que el niño empiece a hacer preguntas y/o diga que quiere ser científico.

Todos sabemos ya que el ADN es una doble hélice... pero ¿y a simple vista?
Todos sabemos ya que el ADN es una doble hélice… pero ¿y a simple vista?

La extracción de ADN es uno de los experimentos más clásicos para niños, pero no por ello deja de ser adecuado para que un adulto “vea” el ADN. Muchos de vosotros lo habréis hecho en el colegio o instituto, pero probablemente muchos no recordaréis exactamente como se hacía, así que ahí va el protocolo.

Materiales:

  • Un vasito con el que podáis medir volúmenes pequeños: por ejemplo un chupito
  • Dos vasos de tamaño normal
  • Una cucharilla
  • Agua
  • Alcohol
  • Sal
  • Lavavajillas: por alguna razón, Fairy es lo que mejor funciona
  • Colorante alimenticio

Métodos:

  • El primer paso es preparar agua salada: la sal (NaCl) va a ayudar a mantener el ADN en buenas condiciones, y hacer que luego agregue y podamos verlo mejor. Llenad un vaso de agua y echad una cucharada de sal. Removed hasta que se disuelva
  • Transferid parte del agua salada al vaso pequeño y descartad el resto.
  • Utilizad el agua salada del vasito para enjuagar la boca: si esto se hace después de lavarse los dientes, se extraerá más ADN propio. En cualquier caso, cualquier resto de comida o bacteria de la boca también tiene ADN, así que la extracción será de todo, no sólo del vuestro.
  • Después de enjuagar la boca, escupid en el vaso grande.
  • Añadid a lo que habéis escupido una gota de lavavajillas. Al igual que en la tele, el milagro antigrasa funciona. Revolved con la cucharilla sin hacer espuma. El detergente hará que las células de la boca que habéis sacado con el enjuague se rompan.
  • En el otro vaso grande, preparar la mezcla para precipitar el ADN: poned tres vasitos pequeños de alcohol (podéis utilizar el chupito para medir) y un poco de colorante. Da igual cual, pero si tenéis uno azul queda más resultón.
  • Añadid el alcohol al primer vaso. En este caso lo mejor es añadirlo con cuidado, poniendo el primer vaso de lado: imaginad que estáis sirviendo una cerveza.
  • Esperad a que ocurra la magia.

Tras un par de minutos, si todo ha ido bien, deberíais ver una especie de pelotillas blancas y fibras que van formando una capa entre el agua y el alcohol. Esa capa blanca, es vuestro ADN.

Si el resultado no os parece vistoso, podéis probar a repetir el proceso pero añadiendo más cantidad de células al agua salada inicial. Como no es plan que os arranquéis las mejillas, podéis añadir un trozo de fruta, que se deshaga fácilmente en el agua (mis preferidas para esto son las moras).

Ya para terminar, lo más divertido: si ahora metéis un palillo a través de la capa de alcohol, podéis intentar cazar una de las fibras y tirar de ella hacia arriba. El ADN es muy resistente, y podréis estirarlo y verlo con vuestros propios ojos. Imaginad que ese hilillo, estirándolo un poco más y mirándolo con una lupa muy potente, dice lo que ya todos sabemos… GATTACA.


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