Si hay una cosa que llevo mal últimamente es pasarme por aquí a contar mi vida. Pero acabo de volver de vacaciones, y aunque debería haber contado hace dos meses cómo iba mi año, lo voy a hacer ahora, a ver si las vacaciones me han aclarado un poco las ideas.
En estos momentos, aunque mantengo mis propósitos, tengo un único objetivo. Uno que no os voy a contar. Algo que puede salir bien, mal o regular, pero que antes o después tendrá que salir, así que mis planes generales se orientan exclusivamente a mi objetivo. Y yo me voy a centrar en eso de que si quiero, puedo. Que consigo lo que quiero. Como hay cosas que no están en mis manos o que no puedo cambiar, yo me voy a centrar en las que sí dependen de mi, y hacer todo lo posible porque salga como yo quiero, aunque el resto del universo también tendrá que poner de su parte.
Pero mi plan ultrasecreto tiene ramificaciones, y esas son las que sí puedo contar. Porque para poder conseguir lo que quiero, lo primero es que mis objetivos del año salgan, para estar en condiciones de afrontar el resto.
Leer es algo importante, porque me ayuda a distraer mi mente. Aunque estos meses he estado leyendo, ahora voy por detrás de mis planes, y eso tiene que solucionarse. Intentaré volver a leer a ratillos. Aunque sean ratos pequeños.
Sigo viendo muchas series, porque es lo que hago mientras ceno, y también dedico algún tiempo los fines de semana. Como dije hace unos meses, querría ver más películas… pero es que falta el tiempo. Me gustaría poder ver alguna cosa de aquí a fin de año, porque es una desconexión más larga, sin la culpabilidad de darle al siguiente capítulo de las series. Nunca me pongo por eso de “es que lleva mucho” y al final veo dos capítulos de series de una hora… no tengo perdón.
Si mi plan avanza y puedo empezar a contar algo, estoy segura de que vendré más por aquí, pero querría hacerlo igual por el camino, porque creo que me ayudaría. El plan tiene dos partes, que dependen una de la otra. La parte más personal es mía, pero la otra la contaré cuando llegue el momento. En el pasado, en momentos en los que me agobiaba mucho, utilizar este blog a modo de diario me resultó muy útil. Quizá escriba algo científico, no digo que no… pero para eso ya me tenéis en Bacteriófagos. Porque todos escucháis Bacteriófagos, ¿verdad? Ya sabéis que si hay temas que haya que tratar, podéis decírmelo y los contaré allí o aquí, pero yo hablo de ello.
Y claro, aunque todavía no os he contado el viaje a Berlín, ya he viajado más, que es una de las razones por las que me ha faltado tiempo para escribir. Pasé una semana en Vilna para mi meeting anual, semana en la que además pude asegurarme de que mi primera impresión sobre la próxima incorporación al lab era correcta. Quizá todavía me equivoque, pero creo que M y yo congeniamos muy bien. Se incorporará pronto y probablemente os hable de ella en el futuro. Además, hice otra escapada a Berlín para una charla (vamos a dejarlo así) y acabo de volver de mis dos semanas en Galicia, que también me gustaría contar. La temporada no se ha acabado todavía, porque me queda el retiro del lab en Italia y un curso en Reino Unido. Al menos que yo sepa, quizá alguna cosa más todavía sale, que nunca se sabe y hay que estar preparada.
Y con la época de viajes llegaron los conciertos… pero esos os los contaré cuando hable de Galicia. Así me obligo a escribir, porque os tengo que contar lo apoteósico que fue el concierto de Heredeiros da Crus. Durante el viaje estuve publicando en Instagram Stories, así que usaré esas fotos para ilustrar mis vacaciones aquí. Prometo hacerlo pronto.
Con eso de ir a Galicia también engancho con el tema comer bien. Vamos a ignorar que las últimas dos semanas han ocurrido… y centrarnos en el previo. He mejorado mucho mi alimentación, pero todavía queda mucho camino, sobretodo para planificar bien. Tras un gran parón de actividad física, estaba retomándola y todo parecía ir viento en popa, así que aunque el mundo intente estar en contra, yo voy a hacer lo que pueda por volver a ello de la forma que sea, porque pasadas las agujetas iniciales de volver a ponerme en movimiento, todo parecía ir mejor. Parecía porque justo en el pico de moverme y comer bien y todo eso, con la ola de calor y las noches sin sueño, sí tuve un gran bajón justo antes de las vacaciones. Ahora tocará volver a la normalidad, y soportar el retiro del lab como sea, porque estos quieren acabar con mi hígado.
A ese retiro va a venir gente nueva, porque el lab no para de renovarse. De forma inexplicable, mis estudiantes parecen apreciarme y todo el mundo quiere volver al lab a hacer su máster. Os juro que no lo entiendo, mis compañeros insistiendo en que soy una persona horrible que sólo me falta el látigo y los chiquillos que quieren quedarse. Y no los he sobornado ni nada. Está siendo toda una experiencia esto de enseñar a otros y ser “la jefa”. Es una buena práctica, al fin y al cabo, si la pifio, puedo culpar a mi jefe.
Al poco tiempo de escribir el post anterior renové mi iPad y me compré un Pencil. Estoy muy contenta con ambos, y cada vez le doy más uso. Tanto, que intento pasar lo poco que quedaba en mi vida en papel a un formato digital. Eso me ayudará a hacer algo de limpieza por casa, que empiezan a acumularse demasiadas cosas… aunque ahora que lo pienso, hace una semana me compré un libro en papel. Pero bueno, uno de vez en cuando no hace daño. Seguiré ahorrando por si acaso, que para mi plan también me hará falta tener ahorros. Pero por mucho que quiera ahorrar, también tengo que asegurarme de gastar en las cosas importantes… como esa necesidad de renovar mi armario, que estoy intentando solventar poco a poco (qué difícil es comprar ropa).
Y por último, aunque no sé cómo de útil me puede ser, sigo con el alemán. Tengo un plan detallado y voy avanzando, con la idea de tener afianzado un nivel intermedio al final de año. Antes de las vacaciones tenía el sistema estable, hacía mis ejercicios cuando debía y practicaba de vez en cuando, así que ahora me toca volver a retomarlo y ajustarlo teniendo en cuenta las interrupciones que probablemente sufrirá en los próximos meses.
Eso es, más o menos, cómo va el plan. Aunque haya estado de vacaciones, pronto volveré con Bacteriófagos, y por primera vez en meses estoy muy ilusionada con lo que hago en el lab, principalmente porque ha sido idea mía y sólo mía. Yo no sé si mi jefe confía en mi o soy tan cansina que me ha dicho que adelante solo por no oírme… pero yo feliz.
También os tengo que contar que tengo gafas nuevas y veo raro, que me he puesto muy morena en Galicia, que hace un mes que no veo llover y que quiero un portátil nuevo… pero al menos, con esto, nos hemos actualizado un poco.
Pronto más historias, espero. Si no escribo hasta fin de año que alguien venga a pegarme y atarme a la silla!
Deja una respuesta