Aquí va la versión escrita y resumida del capítulo de Bacteriófagos que se ha publicado hoy. Si queréis escucharlo podéis hacerlo aquí.
Como no me quiero poner de nuevo a explicar todo (y si os interesa podéis escucharlo), lo único que quiero hacer en este post es resumir y dejar constancia de lo que ha sido la decisión más difícil en mucho tiempo: alejarme de la academia.
He decidido (hace mucho) dejar mi puesto de trabajo en la Universidad de Zürich y volverme a España. Pero no me vuelvo a un laboratorio, porque en parte esa decisión va ligada al hecho de que estoy muy asqueada con el sistema, con las presiones y con lo que se supone que se espera de mi.
Me vuelvo a la aventura, a una aventura de comunicación científica. De divulgación. Esa aventura seguirá muchas vías diferentes y será a base de prueba y error, y la aventura durará el tiempo que pueda permitírmelo. Eso implica que es posible que antes o después vuelva a eso que la gente llama trabajos “normales”, pero mientras la situación me lo permita, quiero hacer lo que me gusta y lo que me hace sentirme bien conmigo misma, y hacerlo en un entorno más agradable y cerca de los que quiero.
Me traslado a Madrid. Allí me espera mi pareja, que pacientemente ha aguantado todos los problemas asociados a mi postdoc, y que (espero) aguantará todos los altibajos que esta nueva locura trae consigo. Así que volverán los posts contando como es mi mudanza (tercera mudanza a gran distancia que cuento), que me da que va a ser muy complicada con esto de la pandemia.
Tres meses más y estaré de nuevo en suelo español. Vamos a ver, no puede ser tan difícil. Puedo llegar, instalarme y levantar un negocio que me permita comer. ¿Verdad? ¿A que sí? Tenéis que decirme que sí, porque por muy decidido que todo estuviese yo estoy atacada de los nervios. Sin duda, en estos tres meses, este blog retomará su idea inicial: Ablogios, un blog de agobios.
Deja una respuesta